Columna Guerras del Pueblo de Néstor Rivero|El propio tirapiedras (Opinión)

En ocasiones se hace presente, haciendo clausurar la fiesta del fin de semana en alguna barriada, cuando no se le permite la entrada.

También se ve al personaje -como se relata en las memorias póstumas de Jácome Castillo-, instalado sobre ese asiento colectivo de cemento que los constructores de estadios delimitan como gradas. Así ocurría años atrás en juegos de beisbol del José Bernardo Pérez y el José Pérez Colmenares, de Valencia y Maracay respectivamente. Allí el fanático de uno de los dos equipos le gritaba desde su grada al centerfield del team contrario “¡Usa desodorante, negro!” quizá pretendiendo desconcentrar al titular del jardín central.

De este modo, el “tirapiedras” opera desde una posición de superioridad respecto al objetivo que se trazó: bien protegido por la distancia, la nocturnidad y la sorpresa; agrede de verbo o acción a sus víctimas, arrojando con violencia piedras sobre los techos, a ver si ‘la pega’ y logra inmovilizarlas, anulando la actividad que éstas realizaban.

En la política venezolana los personeros del “tirapiedrismo” manifiestan su frustración cada vez que se acaban los boletos de aquella taquilla que asegura el ingreso antes de que llegue su turno. No saben respetar las normas que regulan todo acto de convivencia, sea la elección de la reina de carnaval o la fila para ingresar al Metro. Y cuando se les dice “agotadas las entradas” profieren amenazas e incitan a la violencia “si no entramos nosotros -parecen decir- ¡aquí no habrá fiesta, juego, ni viaje del vagón del Metro!”

Tal es la actitud del “tirapiedras” de la derecha criolla cuando no obtienen victorias en las mesas de sufragio: insulta y atenta contra la vida y bienes de sus adversarios. Si la democracia y su método por excelencia, las elecciones, no le da la victoria, entonces tira todas sus piedras contra la democracia precisamente buscando imponerle su voluntad de perdedor a la mayoría ganadora.

Se trata de un tirapiedrismo de corte fascista, el más peligroso de todos, que conecta gresca de arrabal con gritos como los del neonazi Otpor, Canvas y TFP, entre otros grupos que encuentran caldo de cultivo en segmentos confundidos de la clase media venezolana.

T/ Néstor Rivero (nestor5030@gmail.com)

Nestor Rivero, bueno y sencillo él escrito del tirapiedra. Las moralejas se ven en todo nivel desde el llano hasta en la elite más encopetadas, condes, reyesuelos y otros.