Por Oliver Reina|Pueblo de paz (Opinión)

A la vista de todas y todos están las opciones. De un lado el Gobierno Nacional realizando los mayores esfuerzos nacional e internacionalmente para que el país afronte este recién llegado año en las condiciones más favorables posibles; del otro, un sector político apostando a la pérdida de estos esfuerzos, tan cegado en sus deseos que creen ver el fracaso del adversario político en lo que en realidad podría ser un descalabro nacional. Uno vela por los intereses colectivos, otro por sus particulares mezquindades.

Ello sucede en momentos en los que como hace un año, las opciones que ambos modelos presentan al país están absolutamente claras: el respeto a la Constitución versus aventuras fuera de la ley. Y por supuesto, cada una lleva consigo un sino: la primera, la paz; la segunda, la reedición del dolor que vivió el país hace un año.

Y es que conociendo el historial de apuestas de la derecha y sumándolos a la consecuente actitud de algunos de sus principales voceros, queda patente su aspiración por intentar revivir oscuras páginas de nuestra historia reciente, buscando para ello cualquier excusa. Que estemos a un año de la amarga aventura de violencia, caos y muerte que eufemísticamente llamaron “la Salida” (23 de enero), de la destrucción de la sede de la Fiscalía General de la República que significó el inicio de las guarimbas (12 de febrero) y de la detención de Leopoldo López (18 de febrero) por su condición de cabecilla de esa aventura golpista que implicó la muerte de 43 personas, de centenares de heridos y de incuantificables pérdidas materiales, les ofrece a los desorbitados las excusas que desean para nuevamente atentar contra el país.

Y es que para algunos los dolores y fracasos recientes parecen no haber significado aprendizaje alguno.

El Pueblo es sabio y no caerá en la trampa que finamente han tejido quienes desean echar por tierra los avances que colectivamente y con mucho esfuerzo hemos construido en Revolución. El mayor de ellos: conducir la transformación integral de la sociedad, el ejercicio de la justicia social y la restitución de la subjetividad y la autoestima del Pueblo venezolano, encaminados siempre en la vía de la paz y la democracia.

De un lado, paz y trabajo; del otro, confrontación y descalabro. Está en manos de cada quien orientar sus acciones. Este Pueblo es maduro y sabe lo qué es mejor para todas y todos.

@oliv22