Nadie es revolucionario simplemente porque se declare como tal. Hay muchos revolucionarias y revolucionarios en acción. Uno los siente y los ve en la batalla diaria. Pero también hay bastante falso revolucionario por todas partes, cuya hipocresía empaña el espejo.
Un revolucionario lo es, porque lo es. Porque actúa en consecuencia con sus principios. En lo grande y en lo pequeño. En el ámbito público, pero también en el personal. Generalmente para uno es un orgullo conocerlo, porque es una referencia y un ejemplo. Y una fuente de experiencia y de moral.
La lealtad, la consecuencia, la entrega, la honestidad intelectual y el amor al pueblo, con una bondad intrínseca, verdadera, profunda, forman parte de sus mejores cualidades.
Conozco a muchos revolucionarias y revolucionarios, cuya actuación me guía, me anima y me conmueve. Siento en ellos la presencia del comandante Hugo Chávez en combate. Mientras eso suceda, esta Revolución prevalecerá sobre sus enemigos.
También conozco, y a veces lo he sufrido en carne propia, la inconsecuencia de unos cuantos falsos revolucionarios colocados en lugares de poder. Y no me refiero únicamente a personajes grises. Algunos los veo alumbrados por mas de un reflector. Me digo a mí mismo: esto que vivimos es un proceso, y como todo proceso humano, es duro y complejo. La vida misma irá separando el trigo de la paja. El tiempo, el implacable. Y ya lo ha hecho en bastantes casos. Mas los que faltan.
Le digo a mis camaradas: no nos desmayemos. Está Revolución, como proyecto de Chávez, está llamada a vencer las dificultades para consolidarse. Sin ella no habría Venezuela, en el sentido amoroso de la Patria bonita que imaginamos.
Unámonos aun mas los revolucionarios. Para luchar y, también, para gobernar. Estoy muy de acuerdo con Diosdado Cabello: una Revolución se hace con revolucionarios. Nunca con contrarrevolucionarios escuálidos o falsos revolucionarios en los espacios de poder donde se ejerce la soberanía del pueblo. Y asevero también que haber firmado a favor de los planes del enemigo no es la única señal de estar en la contra. Hay otras.