Por Carolina Escarrá|Semana (Opinión)

En medio de la larga soledad de realismo mágico que deja el vacío de una partida que sentiremos por más de 100 años, culmina una Semana Santa en que hasta el papa Francisco hizo votos por la paz en Venezuela, mientras los pseudo líderes de la ultraderecha venezolana, dirigidos desde el extranjero, citan a Pompeyo Márquez, que a su vez cita al Quijote en nombre de la libertad, sin hacer siquiera mención al 19 de abril y lo que significó para la historia patria.

Hablan de la Constitución, del artículo 6 que evoca la democracia, y convocan a la soberanía popular, como si el Poder Popular no se hubiera fortalecido en el Gobierno Bolivariano.

Llaman a defender a VP que dice ser “voluntad popular” que mas bien es violencia patriarcal, porque no hace sino reafirmar la (in)conciencia de clase de la burguesía parasitaria que exige antes de sentarse a dialogar por la paz, la amnistía de algunos políticos presos, muchos de los cuales han politizado actos terroristas y ni se acuerdan del ilustre jurista y profesor Manuel García Pelayo.

Por razones que no vienen al caso, encerrada por los que se propinan autotrancas, pude escuchar el discurso de María Machado, quien insiste en llamarse diputada después de haber traicionado su condición venezolana ante la OEA y cual judas, haber vendido a su patria por 30 monedas o buscando 30 minutos de fama para plantear nuevamente su visión de caos. Ven caos porque como amos del valle, no participan de los logros de la Revolución Bolivariana, ni de las Misiones y por eso, sus discursos sin contenido, lo que imprimen es odio hacia una Venezuela que no conocen, la que en la IV República escondían con vergüenza como decía Alí.

No se ven más de 400 o 500 cabezas y muchos están por estar, o por moda. Con una máscara que oculta su (falta de) identidad o una bandera de Venezuela sin estrellas y con la franja negra. No conocen a su Patria/Matria y no saben defenderla. Mas que Macondo, parecieran estar invocando Fuenteovejuna (con el perdón de MMM). Sin objetivos ni resultados.

Mientras tanto, sigue corriendo el Domingo de Resurrección, posterior al 19 de abril, envueltos en la magia del Festival de Teatro de Caracas y de las vacaciones.

Preludio de una semana que inicia con el apoyo de los chinos (segunda mayor economía del planeta). Con anuncios importantes de Miraflores. Con olor a esperanza, mientras que los que no quieren sentarse a dialogar y propinan violencia, se pierden cual generales en su laberinto que se diluirán igual que las cenizas del Gabo.

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