A desalambrar: Por Ana Cristina Bracho|Tareas del feminismo (Opinión)

No bien había empezado el año cuando el planeta se llenó de manifestaciones del movimiento feminista. Sus principales encuentros tuvieron lugar en Estados Unidos y su motivo fue protestar el discurso vehemente del nuevo Presidente. Se presentó así, como en otros años, como una fuerza política capaz de mostrarse viva en defensa de sus consignas. En Venezuela, en 2016, las mujeres dieron muestras similares al tener la capacidad de convocarse, incluso a actos espectaculares, en apoyo a un sector u otro de la política nacional.

Sin embargo, fuera de las primeras páginas ocupadas acá o allá, o, por las manifestaciones que exigieron bajo la consigna #NiUnaMenos, una acción concreta en contra del feminicidio, parece que al feminismo le hace falta debatir, volver a sus premisas fundamentales y concretar sus exigencias.

¿Cuáles son los cambios estructurales que se requieren para una sociedad mas igualitaria? ¿Cómo se garantiza la paridad en la representación política?¿Cuáles son las políticas públicas que evitan el embarazo precoz, la maternidad no deseada, la doble jornada? El feminismo alemán, en su génesis socialista, tenía exigencias concretas: guarderías y comedores, pues su existencia le permite a las mujeres tener un desarrollo personal y colectiviza, entre ambos padres así como con la sociedad el deber de crianza y cuidado. Por su lado, las sufragistas, habían exigido el derecho a votar y a ser votadas. Siendo precisamente las victorias de las luchas de estos dos sectores las que nos han permitido a las generaciones posteriores estudiar, votar y trabajar.

Sin embargo, quedan muchas materias en las cuales la igualdad, social y de derecho no se ha conquistado. En parte, porque la diferencia suele legitimizarse tras un discurso que la determina como una consecuencia natural, cultural o religiosa, que ha de aceptarse, o bien, porque no ha sido posible avanzar de su identificación a su abolición.

¿Son justas las condiciones laborales reales que siguen exigiendo una determinada apariencia? ¿Cuáles son los programas que han combatido el acoso sexual y cuáles han sido su impacto? ¿Por qué seguimos sin entender que las relaciones interpersonales, entre personas de distinto género, no son necesariamente sexuales?

La mítica simplificación del éxito femenino como una consecuencia de sus relaciones íntimas, de dudosa sentimentalidad y afirmado interés, sigue golpeando. Pues, en el imaginario, sigue siendo el éxito una categoría de lo masculino y a él solo puede acceder una mujer si ha gozado de la protección e impulso de un hombre. Lo que revela que siguen siendo las relaciones de las mas diversas índoles un espacio de subordinación.

Revelarse a estas conductas requiere hacer aterrizar las causas que han sido llevadas al Panteón del imaginario, desprovistas de su contenido concreto, institucionalizadas, o, manipuladas para que terminen impulsando causas, de izquierda o de derecha, que no necesariamente significan la superación de esquemas o la liberación plena de la mujer. Exige educar no para la denuncia o la promoción sino para poder ver, para querer ver, que la vida puede ser distinta, en la casa, en el trabajo y en el país.

@anicrisbracho