Por Mariadela Villanueva|La tercera vs. la guerra fratricida (Opinión)

La humanidad se encuentra en una disyuntiva de vida o muerte. O enfrenta el imperio más poderoso, agresivo y tramposo de la historia y detiene la destrucción capitalista o se somete y pone todos sus recursos al servicio de los intereses de los amos del gran capital.

Como todos sabemos, Venezuela no escapa de ello. Nuestro país es una presa más que apetitosa para un águila imperial preocupada por la desaceleración de su proceso de acumulación de capital y por la emergencia de potencias rivales que obstaculizan la institucionalización mundial del capitalismo bajo el dominio de un gobierno único, anglosajón.

El decreto del presidente Barack Hussein Obama contra Venezuela responde a la política exterior de un imperio que requiere recuperar el control político de nuestro país para disponer de nuestro petróleo y sabotear la unión regional. Objetivo inmediato de las fuerzas enemigas después de fracasar en diversas oportunidades: activar mercenarios y grupos pitiyanquis para provocar una guerra fratricida que justifique una intervención “humanitaria”, difícil de objetar por países hasta ahora han asumido la defensa de nuestra (y de su) soberanía.

Objetivos inmediatos de las fuerzas revolucionarias: impedir esa guerra fratricida y llenar la Asamblea Nacional (AN) de diputados conscientes que legislen teniendo en mente el futuro de la Venezuela socialista.

Para triunfar hay que sumar e incorporar a la lucha a todos quienes estén dispuestos a defender Venezuela, incluyendo a las ciudadanas y los ciudadanos de la tercera edad que esta sociedad joven tiende a dejar de lado. Mujeres y hombres que solo necesitan se les abran las puertas para participar voluntariamente en la guerra contra la guerra y en la defensa del proceso de transición hacia el socialismo.

Ciudadanas y ciudadanos con experiencia y tiempo para colaborar en la puesta en práctica de las medidas tendentes a derrotar la guerra económica, contrarrestar el desprestigio mediático y combatir la corrupción. Mujeres y hombres dispuestos buscar la mejor manera de explicarles a los jóvenes alienados por la oposición fascista y racista, las gravísimas consecuencias de una guerra fratricida inducida por las mafias capitalistas.

Dos fórmulas que nos dejó el comandante Hugo Chávez para derrotar a los violentos:

Unidad, Lucha, Batalla y Victoria

Rectificación, Revisión y Reimpulso del proceso bolivariano.

T/ Mariadela Villanueva
mariadelav@gmail.com
Caracas