Líderes políticos y sociales tunecinos llamaron este domingo a reflexionar sobre el futuro democrático del país, al recordar el inicio del levantamiento popular contra Zine El Abidine Ben Alí y rendir tributo póstumo a Mohamed Bouazizi.
Junto con el homenaje colectivo a Bouazizi, el joven vendedor de frutas que se inmoló prendiéndose fuego el 17 de diciembre de 2010 en la localidad de Sidi Bouzid, dirigentes de partidos y movimientos de Túnez recordaron a los demás fallecidos durante las revueltas.
Con alabanzas a quienes hicieron posible «el derrocamiento de la dictadura y la ruptura con la injusticia social y política», el Movimiento Democrático de Edificación y Reforma abogó por defender el equilibrio entre las regiones frente a la exclusión y la marginación.
Igualmente, el Polo Democrático Modernista destacó que la celebración del primer año de la que aquí llaman Revolución Jazmín «enfoca la luz sobre provincias del interior relegadas durante largo tiempo», como fue el caso de Sidi Bouzid, la tierra de Bouazizi.
Además de denunciar la exclusión regional y la categorización social, el Polo Democrático alertó a las fuerzas progresistas de la necesidad de unirse para cumplir los objetivos del alzamiento contra Ben Alí, quien huyó a Arabia Saudita el 14 de enero de este año.
El partido Alianza Nacional por la Paz y la Prosperidad (ANPP) instó a evitar el regreso del despotismo y proteger los éxitos del pueblo tunecino mediante «la definición de prioridades y la edificación de un Estado civil, democrático y moderno que vele por la dignidad de todos».
Al respecto, la ANPP abogó por garantizar derechos al empleo, la cobertura social de salud y la educación, e impulsar una verdadera justicia para juzgar a corruptos y recuperar los fondos expoliados dentro y fuera de Túnez.
El presidente del país, Moncef Marzouki, encabezó el sábado en Sidi Bouzid la conmemoración de las protestas con la apertura de una estatua de Bouazizi, cuya inmolación se considera el detonante de las revueltas de la llamada Primavera Árabe en una decena de naciones.
Ante familiares y amigos, Marzouki y el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Mohamed Ben Jaafar, visitaron un mausoleo del joven de 26 años y expresaron gratitud «a esta tierra, que estuvo marginada durante siglos, por traer dignidad a todos los tunecinos».