La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló este viernes que el Gobierno portugués recortó en el sector de la salud el doble de lo exigido por el memorando de entendimiento con la troika.
En septiembre de 2011 el país anunció la reducción de un 11 por ciento en el presupuesto del Servicio Nacional de Salud (SNS), dos veces lo previsto en el marco del acuerdo de rescate concertado con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
De acuerdo con el informe de la OCDE titulado Crecimiento de gastos en salud. ¿Qué países, qué sectores son los más afectados?, el Ejecutivo luso se había comprometido a realizar ahorros significativos en el área de la sanidad durante 2011 y 2012.
Estos se concentrarían fundamentalmente en recortes de personal, en la concentración y racionalización de las ofertas en los centros de salud y hospitales del SNS, y en la disminución de los beneficios obtenidos a través de impuestos.
Según los datos de la OCDE, en 2011 el gasto luso en el sector de la salud cayó un 5,2 por ciento en comparación el año anterior, mientras el promedio de todos los países de la organización registró un crecimiento de un 0,7 por ciento.
Precisó que en 2013 el gasto público de salud en Portugal será de poco más del 5,1 por ciento del Producto Interno Bruto -en 2010 era de un 10 por ciento-, mientras la media de la zona euro se estima en aproximadamente un siete por ciento.
El reporte añadió que independientemente de la nación, la receta para controlar el gasto público ha sido casi siempre la misma: ajustar los presupuestos, aumentar las contribuciones de los ciudadanos, regular la demanda de los servicios y controlar el precio de atención.
Al mismo tiempo, la contención de los costos se ha realizado tanto en los medicamentos como en el área de los cuidados ambulatorios, hospitales y oficinas.
Los recortes en áreas como la salud y la educación provocaron numerosas protestas y manifestaciones en Portugal durante el pasado año, en las que los principales sindicatos del país criticaron las políticas de austeridad y pidieron la renuncia del Gobierno conservador.
El pasado septiembre, por ejemplo, cientos de miles de personas marcharon por las calles de Lisboa y otras ciudades contra las medidas de ahorro en los sectores más sensibles, las cuales no han dado muestras de solucionar la crisis lusa.