Carosio: En Venezuela se ha hecho una fuerte promoción de la lectura|El Premio de Novela Rómulo Gallegos es otro espacio del debate político

Cierta polémica ha causado la reciente entrega del Premio Rómulo Gallegos, creado en 1964 en honor al novelista y político que lleva su nombre y organizado cada dos años por el Gobierno de Venezuela.

El galardón, que es otorgado por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) y que en su décimo octava edición reconoció la labor del escritor puertorriqueño Eduardo Lalo por su novela “Simone”, ha dividido las opiniones de especialistas, autoras, autores y casas editoriales. Sin embargo, todos coinciden en que, pese a cualquier inconveniente que se haya podido presentar, en Venezuela ha crecido la necesidad de escribir y leer más.

Descontenta con los organizadores del premio, la cooperativa editorial Lugar Común se abstuvo de enviar sus obras en esta oportunidad. “Este año decidimos no postular a ninguno de nuestros autores porque creemos que el premio se ha desacreditado de unos años para acá y se ha politizado en cierto sentido”, dijo al Correo del Orinoco Luis Yslas, uno de los socios de esta empresa editora.

“Experiencias pasadas con actitudes de cierto jurado, con exclusiones de alguna forma de ciertas novelas y de ciertos autores, nos dan la impresión de que algo está ocurriendo con el espíritu de lo que significó el Premio Rómulo Gallegos”, añadió.

Señaló que ante esta situación, han optado por mantenerse al margen de esta iniciativa “hasta sentir que el premio sea completamente imparcial”. Sin embargo, aclaró que las autoras y los autores que deseaban participar en el evento de forma independiente, podían hacerlo sin ningún inconveniente.

La escogencia de un jurado que, asegura, está identificado únicamente con el sector gubernamental, “es el reflejo de las divisiones que han habido desde el punto de vista político, lo cual obviamente afecta a la cultura, donde también han habido quiebres”. Piensa que “al formar parte de las políticas de Estado, el Premio Rómulo Gallegos de alguna manera se ha empapado de estas divisiones”.

Yslas no desestima que la editorial que representa pudiese participar en futuras ediciones del premio, pero advierte que para hacerlo los organizadores tendrían que “diversificar un poco y hacer más heterogéneo el grupo que conforma el jurado”.

Manifestó que aun cuando la editorial no ha tenido presiones directas, situaciones como “el control de cambio y la escasez de papel”, que a su parecer dependen totalmente del Gobierno, han generado grandes limitaciones en su accionar.

“Sería como una contradicción participar en un premio manejado por el Estado, si nosotros trabajamos dentro de un Estado que no nos da facilidades y apoyo desde el punto de vista económico y editorial”, argumentó.

Respuesta positiva pese a las «limitaciones»

Con poco más de dos años de existencia en el país, Lugar Común cuenta en su haber con 14 títulos en las colecciones de narrativa, poesía, no ficción e infantil, expresó Yslas.

Adicionalmente, agregó, la cooperativa editorial instaló en diciembre de 2012 una librería en Altamira, al este de la ciudad capital, donde se pueden encontrar -además de sus libros- textos de otras casas editoras. “Por fortuna, la respuesta de la gente tanto a la editorial como a la librería ha sido muy positiva, a pesar de todas las limitaciones que hemos podido tener”, celebró.

Luis Yslas

Para el librero, desde hace aproximadamente unos 10 años “ha habido una necesidad no solamente de escribir más sino de leer más”, la cual, a su criterio, ha surgido ante la ausencia de obras extranjeras en el país.

“El hecho de que el mercado del libro se haya cerrado prácticamente por los problemas de importación, ha motivado que las publicaciones que se hacen en el país tengan una mayor visibilidad”, esgrimió.

Por otra parte, justificó el carácter selectivo de Lugar Común en cuanto a la incorporación de nuevos talentos y ponderó que la selección de sus publicaciones se basa en criterios estéticos, literarios, de calidad de los contenidos, más que en la trayectoria y posición política de los mismos.

“Una editorial independiente que trabaja con recursos mínimos no puede tener la maquinaria ni el músculo editorial del Estado para publicar a toda una serie de autores reconocidos o no reconocidos, inéditos o con una trayectoria de ediciones anteriores. Nosotros tenemos que ser más selectivos en ese sentido”, resaltó.

Pese a las críticas y a sus desacuerdos con la gestión revolucionaria, Yslas reconoce  la existencia de aspectos positivos dentro de las políticas editoriales impulsadas por el Estado, aunque insiste en rechazar su vinculación con el tema ideológico.

“Hay unos precios accesibles y mayor visibilidad de autores que de repente antes no tenían cabida, pero sigue existiendo un marcado tinte ideológico que de alguna forma impide que haya una variabilidad mucho más amplia y heterogénea en las ofertas”, precisó.

Se ha «partidizado»

En el caso de Alberto Barrera Tyszka, su ausencia en el evento “no fue una decisión personal”. Mediante una entrevista electrónica con este diario -que respondió desde otra latitud- el narrador y poeta venezolano alegó que siempre ha pensado que esa “es una tarea de las editoriales”.

Para el autor de La inquietud (Lugar Común – 2013), el término “politizado” quizá no es el más adecuado para sustentar las críticas hacia el Premio Rómulo Gallegos. “Pero sí creo que, como en todo el Estado venezolano en general, la actividad pública se ha ‘partidizado”, fustigó.

“El Presidente de Pdvsa exige que la institución sea del color de su partido. El Ministro de la Defensa apoya abiertamente al partido de gobierno. En ese sentido, más que el premio, el Celarg en algunos momentos también se ha puesto al servicio del partido oficial”, declaró.

Pese a las distintas ferias y eventos culturales realizados en el país, donde se observan alianzas entre el sector público y privado, el escritor no cree que independientemente de su ideología política, las y los autores venezolanos tengan igualdad de participación.

“Pienso que la polarización ha invadido también el territorio de la creación. Para cierta cultura oficial, los escritores críticos no existimos. Yo jamás he apoyado en mi vida a ningún gobierno. Pero este ha sido el gobierno que menos ha tolerado la independencia creativa”, expresó.

Sobre la promoción de la lectura y el surgimiento de escritores emergentes en el país, opina que “ha habido un fenómeno interesante, donde se juntan muchas cosas distintas” que van “desde el control de cambio y las dificultades de importación de libros y de cambio de divisas, hasta una política pública muy poderosa en la publicación y en la distribución editorial”.

Barrera piensa que las ferias del libro organizadas por el sector público “siempre son saludables para lectores y autores”. No obstante, asegura que “el Estado ha cometido el error de ponerlas al servicio de la causa del partido de gobierno”. A juicio del literato, “eso siempre resta autores, resta editoriales, resta lectores, resta polémica, diferencia y la cultura es, por definición, diversidad”.

Mariana Libertad Suárez

Buena selección y equilibrio geográfico

La Editorial Equinoccio, perteneciente a la Universidad Simón Bolívar (USB),  tampoco tuvo presencia en la actividad, pero no porque sus miembros discrepen del concepto organizativo del premio, tal y como lo dieron a entender algunos medios privados, refuta Mariana Libertad Suárez, coordinadora de publicaciones.

“No pudimos enviar ningún libro porque nuestras publicaciones de narrativa de los años 2012 y 2013 son de cuentos. Solo teníamos una novela de Juan Carlos Méndez Guédez, llamada Una tarde con campanas, pero era una reimpresión de un libro que se hizo fuera del lapso que cubría el premio”, aclaró.

Aunque se mostró sorprendida por la “poca cantidad de mujeres en la lista de finalistas del mencionado galardón”, reconoció que se hizo un buen trabajo de selección, dado que “hubo un equilibrio geográfico con novelas de toda la región y de editoriales más y menos importantes en cada caso”.

La editora y docente universitaria enfatizó que al grupo que representa nunca se le ha negado la participación en cualquiera de las actividades organizadas por el Estado a través de sus diferentes entes.

“El año pasado participamos en la Feria de Fundarte con un estand y organizamos dos actividades. Este año vamos a volver a hacer exactamente lo mismo. El problema con la participación en Filven es que no tenemos recursos y tenemos que escoger”, señaló.

Con actitud esperanzada afirma que en Venezuela “se está creando un mapa importante de lectura y de escritura”. En su opinión, “ha sido muy interesante eso de revisar las nuevas voces”. Incluso asegura que “se ha comenzado a hablar de un boom de la literatura venezolana”.

En consecuencia, ratificó que en el país se ha iniciado un proceso de apego hacia la lectura. “Es indudable, creo yo, pero además lo dice todo el mundo y hay constancia de ello, que en este momento leemos mucho más y hay gran interés por las letras venezolanas, y eso lo digo más como profesora que como editora”, asintió.

Exitosa gestión entre libros y eventos

Suárez informó que en los últimos dos años, la editorial Equinoccio ha publicado con éxito varias obras. “El año pasado publicamos tres libros de cuentos nuevos,  además de la reimpresión de la novela Una tarde con campanas”, indicó.

Dijo que otro interesante libro de narrativa publicado en 2012 por la casa editorial fue Cuentos de amores extremos, escrito por Álvaro Martín Navarro, “un exprofesor de la USB que ahora vive en Japón pero que sigue conectándose con las letras nacionales”.

También organizaron el Premio Nacional Universitario de Literatura, mención narrativa, “que además de promover la lectura, incentiva también la escritura entre los jóvenes narradores”, apuntó.

Este reconocimiento lo ganó Reinaldo Cardozo, un estudiante del postgrado de literatura en la Universidad Simón Bolívar, con su libro Bosque salvaje, el cual fue presentado en Cumaná, Sucre, por ser su ciudad de origen, detalló.

En 2013, reseñó Suárez, Equinoccio también editó la obra Todos vuelven, de Ángel Gustavo Infante, “donde podemos ver la recopilación de todos sus libros y además un cuento inédito”, así como el texto Decepción de altura de Pedro Plaza Salvati.

Alba Carosio

El sesgo se lo achacan a todos los premios

Consultada también por el Correo del Orinoco, la filósofa e integrante de la red de intelectuales y artistas, Alba Carosio, aseguró que desde hace mucho tiempo  se dice que el Premio Rómulo Gallegos está politizado, “incluso desde antes que se suscitara el enfrentamiento político que hay en este momento en Venezuela”.

Esa acusación “es fácil y oportunista, porque se da en un contexto de lucha política”, declaró la intelectual, para quien la mayoría de las editoriales están divididas, y con cierta lógica, “ya que la lucha política es una lucha de ideas”.

Sostiene que el ámbito de la cultura siempre ha sido bastante polémico y, en general, a casi todos los reconocimientos mundiales siempre se les acusa de estar sesgados. “El Premio Nobel, por ejemplo, no escapa de este señalamiento”, detalló la docente.

Carosio expone que “no es lo deseable”, pero el hecho de que un autor o editorial decida no participar en este tipo de actividades “no debería afectar de gran manera” el espíritu de las mismas. A su criterio, “la polémica se presenta cuando estas decisiones se hacen públicas” y mediáticamente son “utilizadas como bandera política”.

“Hay cientos de autores que por distintas razones no se presentan a los diferentes premios que organizan en todo el mundo; sin embargo, en muchos de esos casos no se dice nada al respecto”, apuntó.

Cultura y política no están separadas

Según la experta, “la cultura, como tal, siempre está vinculada de una u otra manera a la política. Ella no está separada de la vida nacional y del mundo. Lo que pasa es que en algún momento las políticas culturales se presentaron como neutras, pero realmente no fue así”.

Explicó que históricamente ha habido dos maneras de enfocar la cultura; “una que se presenta completamente despegada de la realidad, como la famosa Torre de Marfil, donde los cultores, escritores, poetas, filósofos y músicos, están como en un nirvana haciendo sus creaciones, y otra que muestra un arte y un pensamiento comprometido con la realidad y con el mejoramiento de la misma”.

Recordó que en el pasado, durante el ejercicio de otros gobiernos, “la cultura era elitesca, ya que quienes tenían acceso a este sector, tanto creadores como participantes, realmente eran muy pocos”. Esa exclusión, aclara, dependía de las justamente de las políticas implementadas en el sector por las gestiones de turno.

“Actualmente, la situación es estrictamente contraria”, asintió, y para ilustrarlo, mencionó la existencia de la plataforma del libro, bajo lineamientos del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, “algo tan impresionante que ha permitido la publicación de diversos títulos y ejemplares de forma accesible para la gente”.

Recalcó que en el país se ha hecho una fuerte promoción de la lectura. “Hoy en día se discuten libros por radio y televisión”, refirió, haciendo alusión al programa La Librería Mediática que conduce María Alcira Matute por la radio y la televisión pública. “El propio Hugo Chávez se sentaba a hacer su programa Aló, Presidente con una cantidad de libros sobre su escritorio que comentaba y recomendaba”, agregó.

El criterio antiguo era excluyente

Carosio, quien se ha destacado por su amplia labor en la defensa y lucha feminista, señala que después de tantos años, “en este momento también se ha comenzado a masificar la escritura y publicación de textos” relacionados con dicho tema.

Dijo que, aparte de la Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, que ya tiene casi 20 años de circulación y que “costó muchísimo levantarla y mantenerla”, eran muy pocas las publicaciones especializadas en el área. La respuesta que ofrecían para aquel entonces, lamenta la especialista, era que eso no se vendía. “Entonces, cuando prevalece un criterio exclusivamente comercial es difícil mantener una iniciativa de este tipo”, analizó.

A su juicio, “tomar el libro y el pensamiento como una mercancía de la cual hay que sacar una ganancia en un lapso de tiempo, tiene un sesgo político muy fuerte y excluyente”. Desde ese punto de vista, señala, “lo único que debería publicarse son los bestsellers; lo demás no tendría sentido publicarlo”.

“Ahora, por primera vez en muchos años tenemos una colección, que es la colección El Perro y la Rana, y además se están abriendo otras colecciones y se han publicado varios títulos, eso era algo que antes estaba completamente negado”, ratificó.

En crisis no abundan lectores y escritores

Destaca la investigadora que tanto en la escritura como en la lectura siempre se buscan explicaciones de la vida. “Esto siempre ha sido así, yo no creo que sea porque en este haya más conflictos que antes, más bien es porque se está pensando en la realidad con mucha fuerza”, argumentó.

Estima, por el contrario, que “una verdadera crisis se estuviera presentando si no hubiese escritores y lectores”. Además cree que en Venezuela hay cabida para todo tipo de lectura, “desde novelas de misterio hasta novelas negras, que también están renaciendo y que no son precisamente las que se han estado publicando desde la plataforma del libro”.

Al respecto, indicó que para nadie es un secreto que en los últimos años se han abierto muchas oportunidades para el sector privado. “Yo no pienso que absolutamente todo lo tenga que hacer la plataforma del libro, ésta más bien tiene que dar impulso y justamente ese impulso que está dando ha hecho que otras cosas florezcan”.

Por lo antes señalado, Carosio percibe que “estamos en un momento interesantísimo e importante” en torno a la publicación de textos y a la escritura, pero estima que la situación puede mejorar si se “abarca mayor amplitud de autores y se publican nuevas colecciones”.

María Alcira Matute

Autores críticos también han sido beneficiados

Otra reflexión sobre el Premio Rómulo Gallegos y las oportunidades para las autoras y autores fue ofrecida por la periodista María Alcira Matute. “El jurado fue muy claro: Se evalúan las novelas, no se toma en cuenta ni la trayectoria del autor, ni la editorial que lo publique, ni las posiciones políticas de los escritores. En él participa todo el que así lo desea”.

Recordó que se eligieron 11 novelas entre 201 que llegaron desde diversos países. “En la lista de finalistas, por ejemplo, la variedad de estilos, temas y posiciones políticas de los autores y editoriales es evidente. Hay primeras obras, autores de trayectoria, grandes y pequeñas editoriales”, detalló, haciendo énfasis en que el premio, “que goza de gran prestigio”, ha sido reconocido internacionalmente con 18 ediciones bianuales.

La comunicadora aseveró que muchos de los autores que pertenecen a ese mínimo grupo que ha pretendido descalificar al premio, hoy en día son parte del mundo editorial porque ese mismo Estado al que acusan de “politizado”,”dictatorial” y “excluyente”, les publicó sus primeras obras, sobre todo desde el concurso de autores inéditos de Monte Ávila.

Sector ampliamente beneficiado

La comunicadora, quien está vinculada con las letras, comentó que a las autoras y a los autores venezolanos les han brindado distintas oportunidades de empleo cuando se les invita a participar en foros, conferencias y ferias. Por otra parte, señaló que el Estado trabaja incansablemente por la democratización del acceso al libro y la lectura. Prueba de ello, esgrimió, son el subsidio y la distribución gratuita de millones de ejemplares.

Sobre el aspecto económico, destaca que “las empresas del libro no pagan IVA” y “hasta hace algunos años ni siquiera pagaban ISLR, gracias una iniciativa propuesta por Cavelibro para estimular la industria editorial”. Además reconoce que “el tema del retraso circunstancial de las divisas Cadivi para la importación de libros ya ha sido subsanado y se está trabajando en el tema del papel”. De hecho, “las librerías del sur, que son más de 60 en todo el país, y son gerenciadas por el Estado, también están importando libros”.

Dijo que “el sector privado, desde la Cámara del Libro, tiene una comisión especial de enlace con instituciones del Estado para tratar estos temas y hay una relación fluida y dinámica. Son escuchados y los problemas se resuelven”.

Matute reportó que durante los últimos años “las cadenas de librerías privadas han crecido y están fortalecidas”. Si bien es cierto que algunos establecimientos independientes han cerrado, al mismo tiempo otros van abriendo, “es lo normal dentro del funcionamiento comercial de las empresas de cualquier ramo”, concretó.

T/ Héctor Escalante
F/ Girman Bracamonte