Presencia de la primera imprenta del Correo del Orinoco en la Filven invita a revisar nuestra historia

La XIV Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2018) que por primera vez se celebra este año en el casco histórico de Caracas, donde estará hasta el domingo 18 de noviembre, tiene como país invitado de honor a Turquía y le rinde homenaje a la legendaria poeta venezolana Ana Enriqueta Terán y al Correo del Orinoco fundado por el Libertador Simón Bolívar hace 200 años.

De ahí que una de las actividades más significativas de esta décima cuarta edición de la fiesta venezolana de las letras sea la exhibición de la imprenta original con la cual el Libertador Simón Bolívar y la gesta patriota independentista en general logró imprimir un total de 133 números, seguramente mucho más potentes y efectivos que cualquier tren de cañones en la lucha por nuestra independencia.

La imprenta, instalada en un lugar privilegiado en la Casa de Gobierno del Distrito Capital, al lado de la Sala Ana Enriqueta Terán, que forma parte del complejo ferial, está disponible para el público junto a una compilación empastada de los 133 números originales, “que parió” (como gusta decir al ministro para la Cultura Ernesto Villegas) el histórico aparejo editorial.

VIAJES TIPOGRÁFICOS

De acuerdo al ministro para la Cultura, la imprenta se trajo a Caracas para la Filven, desde el Museo de Angostura, conocida anteriormente como la Casa del Correo del Orinoco, gracias a la colaboración del gobernador del estado Bolívar, mayor general Justo Noguera.

Al momento de su instalación en la casa de Gobierno de Distrito Capital, Villegas recordó que en ese aparato se imprimieron en papel de hilo las primeras cuatro páginas del Correo del Orinoco, cuya primera edición se publicó el 27 de junio de 1818, bajo la premisa “Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar al público”.

Se sabe que Simón Bolívar le escribió una carta a Fernando Peñalver en septiembre de 1817, pidiéndole que le enviara de cualquier manera una prensa, herramienta que consideraba «tan útil como los pertrechos» de guerra, para consolidar la gesta que derivó en la Tercera República.

Según el cronista oficial de Ciudad Bolívar, Américo Fernández, referido en el portal web de IAM Venezuela (Institutional Assets and Monuments of Venezuela), organización dedicada “a trabaja por la documentación, valoración y protección del patrimonio cultural venezolano”, esta imprenta fue comprada en Trinidad “al comerciante José María Istúriz por 2.200 pesos y mulas de Upata”.

PRINCIPIO… SIN FIN

De acuerdo a Fernández, el aparato se transportó desde el lugar de su compra por parte de Peñalver, en la goleta María que descargó al puerto La Muralla “donde más de un caletero afiebrado por el sol de octubre comprometió su fuerza para depositarla en la casona amplia y solariega del alcalde provincial, José Luis Cornieles”, quien había puesto el recinto, así como su finca de San Isidro, al servicio del Libertador, cita el portal de IAM Venezuela.

De acuerdo al texto que acompaña la exhibición de la imprenta y los 133 originales del Correo del Orinoco, en 1822 cuando por diversas razones apremiantes que requerían la totalidad de los esfuerzos del Libertador y su equipo, el entonces semanario dejó de circular, luego de 133 números, la imprenta queda inactiva, específicamente después de 1830.

El aparato pasó a los talleres tipográficos de Vicentini y en 1870 pasa a manos de José Manuel Sucre, sobrino del Gran Mariscal de Ayacucho. Luego el aparato es arrumado en un rincón de Ciudad Bolívar, en una edificación conocida como “El Guácharo”, propriedad de Agustín Suedart, quien la medio restituyó para ponerla al servicio del taller tipográfico “La Empresa”. Hacia 1895 pasó a ser propiedad del general Arístides Tallería, quien finalmente la dona al Museo Bolivariano de Ciudad Bolívar.

Hoy, desde donde se exhibe, en la Filven, la primera imprenta del Correo del Orinoco, junto con los 133 ejemplares que alumbró, invita a las y los visitantes a la fiesta literaria a repasar nuestra historia e interpretarla en función del presente y de cara al futuro.

FORMATOS, TAMAÑOS, DIMENSIONES

“El tamaño de la prensa verticalmente es de 180 cm. de alto por 79 de ancho horizontal. El largo de la plataforma: en el centro tiene 69 cm, y 75 en los ángulos; el ancho en las extremidades, 53, y en el cetro; el espesor es de uno y medio. La platina mide 64×49. En el arco superior que une las columnas superiores, hay un rótulo en relieve que dice: The Washington Press”, describe el historiador Bartolomé Tavera Acosta, citado por Tulio Febres Cordero en su libro Establecimiento de la imprenta en Angostura. El Correo del Orinoco, fragmento incluido en el texto de la exhibición.

“Saldrá los sábados y publicará todo cuando por su importancia ataña a la nación, a la lucha por la independencia y los derechos del mundo”, decía una coletilla del Correo del Orinoco ubicada en la segunda columna de la última página.

La etapa del Correo del Orinoco fundado por el Libertador Simón Bolívar se extendió de 1818 a 1822, período en el cual su circulación llegó desde Angostura a buena parte del país, así como a Las Antillas, la Nueva Granada y algunas zonas hacia el sur del continente. Su última edición, la 128, se publicó el 23 de marzo de 1822.

De las 133 ediciones 128 fueron de numeración secuencial, sumados a cinco tirajes especiales o extraordinarios, dedicados especialmente a informar sobre las acciones militares correspondientes a las batallas como las de Boyacá y Carabobo, entre otras.

El semanario se publicaba, por supuesto, en español, pero también en francés e inglés, para dar a conocer fuera de nuestras fronteras lo que ocurría en nuestro país.

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CON TRAIDORES INCLUIDOS

El primer editor del Correo del Orinoco, Andrés Roderick estableció inicialmente un formato prácticamente cuadrado de 31 cm de alto por 32 de ancho donde se distribuían dos columnas. Luego de 11 números, el 5 de septiembre de 1818 el periódico estrena un formato de tres columnas distribuidas en 36 cm de alto por 24 de ancho, configuración que permaneció hasta el final.

El primer director del Correo del Orinoco fue Francisco Antonio Zea, quien posteriormente se desligó del Libertador de quien, supuestamente, llegó a decir que era “la mayor calamidad de la patria”.

Entre los editores y colaboradores del Correo del Orinoco fundado por El Libertador figuran insignes nombres como los de Juan germán Roscio, Carlos Soublette, José Rafael Revenga, José Ignacio Abreu y Lima, y Manuel Palacios Fajardo, entre otros próceres

SOBRE PEÑALVER

El estadista y Político Fernando Peñalver llegó a ser gobernador de Carabobo. Luego de una amplia trayectoria de lucha y de ser encarcelado por Monteverde al perderse la Primera República, fue consejero del Libertador durante el proceso de la Emigración de Oriente en 1814.

Luego de esto se asila en las Antillas desde sigue colaborando y en permanente comunicación con Bolívar, a quien le envía constantemente armas, municiones y otros pertrechos, entre ellos, como ya se dijo, la imprenta.

MÁS ALLÁ DEL OBJETO

Más allá del objeto en sí mismo, la historiadora Fabiola Basabe destaca el importante significado del aparato empleado por Bolívar como uno de los más importantes pertrechos en la lucha independentista.

Gracias a esta imprenta, destacó Basabe, hoy se puede analizar en detalle, la visión del Libertador con respecto al tema estratégico sobre el proyecto del Estado constitucional unitario e integracionista que contemplaba la unión de Venezuela con la Nueva Granada. Y al mismo tiempo da cuenta de las inmensas complejidades a las que se debió enfrentar la gesta patriótica entre 1812 y 1822.

“La imprenta es uno de los pilares fundamentales principalmente por el tema de la divulgación y proyección de las ideas. Y además, para contrarrestar el discurso que se veNía gestando en la Gazeta de Caracas, en contra el Ejército Patriota y también en contra del Libertador directamente, por lo que Simón Bolívar significaba para el imperio español y también para el norteamericano que estaba comenzando a echar sus bases para afianzar su poder. Entonces hay una proyección que quiere dar Bolívar a su propuesta de integración Nuestroamericana, que es Mirandina, pero es en este entonces cuando se arma un marco geopolítico y jurídico. Por esto la imprenta era una necesidad para visibilizar esa propuesta”, declaró Basabe.

EL ARTE DE LA GUERRA

En el Correo del Orinoco del Libertador, destacó la historiadora, se publicaban los partes de guerra, cartas escritas por los propios protagonistas, no solo el Libertador sino además otros como Rafael Urdaneta, Carlos Soublette, José Antonio Páez, Juan Germán Roscio “quien había estructurado el tema jurídico desde 1811”.

Mención especial para Basabe merecen las descripciones de las estrategias miliares que se describen en detalle en el Correo del Orinoco, de manera que a la par de ser unA herramienta para la batalla de las ideas, también es importante para el análisis de las acciones militares aplicadas en las batallas independentistas.

Pero además, el Correo del Orinoco publicaba poemas y narraciones, la vida y obra de los héroes de la lucha de Independencia, decretos y reglamentos, proclamas y mucho más. Todo para difundir la realidad geopolítica de Venezuela.

“El tema histórico en la Filven y especialmente con la exhibición de eta imprenta, nos invita a revisar todos estos testimonios que forman parte dela memoria histórica nacional y analizarlos e interpretarlos en el contexto histórico contemporáneo, porque tiene mucho que ver. No se trata simplemente del objeto, sino de su importancia en la proyección de las ideas bolivarianas. La historia no es algo ajeno al ciudadano común, la historia está en todos lados, y esta imprenta es una muestra de nuestro pasado, que se puede analizar y releer desde la actualidad”, reflexionó Basabe.

La imprenta original del Correo del Orinoco, junto a los 133 ejemplares originales que se editaron con ella, se podrán apreciar durante toda la Filven en la planta baja de la casa del GDC en la plaza Bolívar de Caracas.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Jonathan Manzano
Caracas