La película El juego sucio, recién presentada en Francia, muestra claramente los argumentos y evidencias de Ecuador en su disputa con la multinacional Chevron-Texaco por la contaminación provocada en la Amazonía, declaró este miércoles el procurador general, Diego García.
La idea es que la ciudadanía en general, en Ecuador y en todo el mundo, tenga acceso a información clara sobre el caso, más allá de las complejidades de un arbitraje que tiene mucho contenido jurídico de difícil comprensión, explicó el procurador general del Estado en entrevista con Prensa Latina.
El material audiovisual fue presentado en París por García, quien enfatizó en que aunque se trata de una historia de ficción, todos los datos sobre la disputa son completamente reales.
‘Este no es un proceso legal común con etapas claras, sino que ha ido reconstruyéndose, recomenzando una y otra vez, y por eso es tan complejo.
De ahí surge la iniciativa de producir estos materiales más accesibles a las personas, también con el objetivo de que se interesen en el caso y continúan buscando nuevas informaciones como las disponibles en la página web eljuegosucio.com’, argumentó.
Durante 30 años de operación en la Amazonía ecuatoriana, la petrolera estadounidense Texaco (actualmente convertida filial de Chevron) provocó serios daños ambientales al derramar 16,8 millones de galones de petróleo en el ecosistema.
Se estiman en 18,5 millones de galones de aguas tóxicas en suelos y ríos, además de quemar al aire 235 mil millones de pies cúbicos de gas acompañante, de acuerdo con datos oficiales.
Ello provocó una contaminación ambiental que permanece en la actualidad e impacta con fuerza en las poblaciones y el medio ambiente de la zona.
Chevron-Texaco se niega a asumir su responsabilidad e intenta evadirla con diversas estrategias legales mostradas por la película, según comentó el procurador.
El filme evidencia las incoherencias de la multinacional como ‘el hecho de impulsar proceso de arbitraje de inversión, a pesar de que no hay inversión, o el hecho de que se esté aplicando retroactivamente un Tratado Bilateral de Inversiones (TBI)’, explicó.
Chevron-Texaco trata de evadir su responsabilidad alegando el TBI entre Ecuador y Estados Unidos en vigor desde el año 1997, tiempo después de la salida de esa empresa del territorio ecuatoriano en 1992.
De acuerdo con García, ello forma parte de la táctica de llevar el caso a una cuestión legal fría en un tribunal internacional de arbitraje y desviar la atención del tema central, que es la contaminación ambiental, un hecho irrefutable a partir de las evidencias existentes en la Amazonía.
El procurador vaticinó que el proceso legal sobre el tema será largo pues la petrolera tiene intenciones de seguir peleando y ‘eso nos obliga a estar listos para una controversia larga y complicada, con su estrategia de ataque contra Ecuador’.
Fuente/Prensa Latina