Preservar la paz

Por Daniel Córdova Zerpa

Dialogar con personas que lanzan excremento, defecan en plena vía pública o se lanzan al río Guaire para escapar de una supuesta represión que solo existe en la imaginación febril de sus calenturientas cabezas, representa a qué dudarlo una tarea extremadamente compleja, por no decir casi imposible.

Sin embargo, consciente del tremendo compromiso histórico bajo sus hombros el presidente de la República, Nicolás Maduro, ha hecho esfuerzos titánicos por convocar al diálogo a un liderazgo político opositor que no ha estado a la altura de la coyuntura, entre otras cosas, porque le sigue mintiendo descaradamente a sus seguidores y además continúa utilizándolos como carne de cañón para promover la violencia terrorista.

Así en esta nueva y tenebrosa edición de las mal llamadas guarimbas vemos con estupor que ya van mas de 30 fallecidos y la propuesta programática mas reciente de la oposición se ha limitado a lanzar bolsas de excremento, bombas incendiarias, piedras y todo tipo de objetos contundentes.

Lo triste, y a la vez indignante, es que estos sujetos son presentados en redes sociales y medios de comunicación convencionales como “héroes de guerra”. Al invertir los hechos de forma tan descarada, hay muchas personas que terminan siendo “programadas” con un código de odio y se creen sin cuestionarse la versión de la “realidad” que ha sido pasada por el filtro de la maquinaria mediática. Con semejante percepción se naturaliza la violencia, se victimiza a los victimarios y además se genera un clima de hostilidad que resulta letal para profundizar la recuperación económica que está en marcha.

Solo en paz podemos dirimir nuestras diferencias políticas y solo en paz podemos desarrollar económicamente un país con enormes potencialidades, como el nuestro. De ahí la importancia estratégica de la Constituyente y su capítulo dedicado a la economía: ambas tribunas son un instrumento portentoso para preservar la paz.

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