La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, manifestó este viernes su rechazo a un eventual ataque contra Irán, además de oponerse contra una injerencia militar en Siria.
«Me preocupa de una forma muy especial la creciente retórica en pro de una acción militar unilateral en Irán. Cualquier iniciativa de ese tipo constituiría una violación de la carta de la ONU, con graves consecuencias para Oriente Medio», remarcó Rousseff en presencia del primer ministro británico, David Cameron, tras una reunión de ambos en Brasil.
Las autoridades del régimen de Israel han intensificado últimamente sus amenazas de realizar una agresión militar contra Teherán alegando que el país persa persigue objetivos militares en su programa nuclear.
En su última actuación, el premier del régimen de Tel Aviv, Benyamin Netanyahu, hizo un llamado al mundo ante la ONU para marcar una «línea roja» a la República Islámica para detener sus actividades nucleares.
Mientras tanto, Irán rechaza esas alegaciones e insiste, como miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y signatario del Tratado No Proliferación Nuclear (TNP) en su derecho legítimo a desarrollar sus actividades nucleares con fines pacíficos.
En alusión al conflicto sirio, la mandataria brasileña se declaró contra una solución bélica y abogó por un proceso político liderado por los propios sirios al apoyar las iniciativas del emisario especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi.
Desde mediados de marzo de 2011, Siria vive fuertes disturbios y matanzas indiscriminadas, planificadas desde el exterior; una situación crítica que se agudiza con el correr de los días debido a los incesantes actos de violencia de los terroristas que buscan una intervención militar extranjera.