El presidente boliviano, Evo Morales, encendió hoy el fuego sagrado en la isla de Intja, en el lago Titicaca, con lo cual dio inicio a las actividades del Solsticio de verano, que tendrán su punto culminante el 21 de diciembre.
El mandatario recorrió antes el trayecto entre la isla de Suriqui y la de Intja a bordo de la balsa Tunupa, fabricada con totora, y luego encendió la tea que marca el inicio de las actividades del Solsticio, con la esperanza de que se inicie un tiempo de solidaridad, hermandad y complementariedad.
Morales, quien estuvo acompañado por los embajadores de Venezuela, Nicaragua, Ecuador, México, Costa Rica, Japón, Argentina, China, Egipto y Escocia, se mostró complacido por haber comenzado con las actividades del Solsticio de Verano.
Al mismo tiempo, agradeció «la fuerza de los pueblos y el trabajo permanente. Hemos arrancado con el Solsticio de Verano y esperamos siempre la participación de nuestros pueblos», enfatizó el primer presidente indígena en la historia de Bolivia.
La llama encendida por el mandatario significa la unidad de los pueblos y junta la energía de todos los puntos cardinales y desde hoy comenzará, a bordo de la Tunupa, construida por los habitantes de la zona, un recorrido de cinco días hasta la Isla del Sol, donde será recibida el 21 de diciembre, con la llegada del tiempo nuevo.
El presidente boliviano se vanaglorió de poder impulsar la llegada de un nuevo ciclo en el tiempo, tal como hizo en 2006, apenas después de su asunción, con el año andino amazónico.
Los festejos por el Solsticio de Verano dieron inicio hoy, pero las actividades principales están reservadas para los días 20 y 21, en la Isla del Sol, donde se espera la presencia de al menos mil personas, entre ellas delegaciones de varios países de la región.
Entre los invitados se encuentran los jefes de Estado de las naciones miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), aunque hasta ahora ninguno confirmó su presencia.