Este domingo el el ministro griego de Finanzas, Yorgos Papaconstantinu, anunció que las negociaciones para el programa de rescate financiero a su país terminarán a tiempo para poder cubrir la deuda sin dificultades.
El déficit público del Grecia se ubica cerca de 13%, más de lo que produce el país en todo un año, al mismo tiempo que continúan las protestas de la población por el aumento de los impuestos, el encarecimiento de la vida y los recortes de salarios de los funcionarios. El país heleno ha recurrido a la colocación de papeles de su deuda, un grupo de los cuales vence el próximo 19 de mayo.
La cifra a cancelar por Grecia se estima en ocho mil 500 millones de euros, razón por la cual el gobierno necesita dinero a muy corto plazo. El pasado 25 de marzo la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordaron un plan de ayuda.
Alemania y Francia han condicionado la ayuda a una serie de solicitudes que incluyen planes creíbles de recorte de gastos, lo que podrían redundar en nuevos recortes presupuestarios para el gobierno de Grecia.
La nación helénica aceptó esa asistencia ante la presión de los mercados financieros, al solicitar fondos de la UE y el FMI, en lo que sería el primer rescate para un miembro de la zona euro en sus 11 años de vida.
El pasado viernes Gracia solicitó la activación del plan de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Esta acción sería la promera de este tipo realizada en el seno de la Unión Europea.