El presidente de Kirguizistán, Almazbek Atambaev, calificó hoy de “peligrosa” la base aérea estadounidense en Manas, adyacente al aeropuerto internacional de la capital kirguís, y se pronunció nuevamente por cerrarla después de 2014.
“Kirguizistán no necesita una base militar en un aeropuerto civil, es muy peligroso. Queremos que Manas sea un aeropuerto civil”, manifestó Atambaev en una rueda de prensa, la primera que ofreció tras asumir el cargo el pasado 1 de diciembre.
Dijo haber advertido a Washington sobre el inminente cierre de la base, y negó que esta decisión se deba a las presiones de Rusia, aliada de Kirguizistán en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).
“Que los americanos se vayan de Manas en 2014, u organicen un centro de transporte civil conjuntamente con Rusia u otros países”, señaló el dirigente kirguís.
Instalada en 2001 y denominada actualmente Centro de tránsito, la base de Manas sigue siendo un punto clave en el traslado de equipos y efectivos militares de EE.UU a Afganistán. También cubre un 30% de las operaciones de reavituallamiento en el aire para aviones de tropas aliadas en territorio afgano.
Según los datos oficiales, EE.UU mantiene en Manas unos 1.500 empleados militares y civiles.
Siete Estados postsoviéticos agrupados en la OTSC acordaron el pasado 20 de diciembre que terceras naciones no podrán establecer bases militares en su territorio a menos que todos los integrantes de la Alianza aprueben tal decisión.
La antecesora de Atambaev, Rosa Otunbáyeva, afirmó en noviembre pasado que la base militar estadounidense va a permanecer en Manas hasta 2014, fecha en que vence el respectivo contrato entre EE.UU y Kirguizistán.
Atambaev resaltó en varias ocasiones anteriores la necesidad de desmantelar la base pero también dijo que los acuerdos vigentes serán respetados.
Entretanto, la Fiscalía kirguís investiga a varias empresas privadas que suministraban combustible a la base de Manas y que, según las sospechas, están implicadas en las corruptelas del ‘clan (de Kurmanbek) Bakíev’, el ex presidente de Kirguizistán, derrocado tras una revuelta popular en el país centroasiático.