El presidente de la República, Nicolás Maduro, cuestionó el silencio cómplice de “quienes dicen preocuparse por Venezuela” ante la violación de los derechos humanos de connacionales que residen en países de la región latinoamericana.
Detalló que “inclusive desde altas esferas” de los denominados “países de acogida” se alientan políticas xenófobas contra los migrantes venezolanos, traducidas en discriminación, trata de personas, situación de semiesclavitud, maltrato y falta de condiciones socio-económicas, escenario que se agravó con la propagación del COVID-19.
“La pandemia del COVID-19 ha catalizado las ya insostenibles condiciones de vida de miles de migrantes en los llamados ‘países de acogida’, quienes han reportado la agudización del abandono, la falta de respuestas y la atención por parte de las autoridades de dichos países”, agregó.
Indicó que “ha quedado en evidencia la fragilidad de los sistemas de protección social de esos países”, dada la oleada de retornos voluntarios de migrantes venezolanos procedentes de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú en medio de la pandemia por el nuevo Coronavirus.
“¿Cómo es posible, a pesar de las enormes cantidades de dólares que se les han otorgado a esos gobiernos mediante extravagantes conferencias de captación de donantes para los migrantes venezolanos?”, inquirió.
Al respecto, el Dignatario consideró oportuno “revisar con rigurosidad institucional y científica” el papel “de algunas agencias de Naciones Unidas o de algunos personeros de algunas agencias” en el proceso de asignación de recursos y atención de los migrantes.
“¿Qué hicieron con ese dinero? ¿Se lo robaron esos gobiernos?”, preguntó durante su intervención en la 75° Asamblea General de la ONU, que este año se realizó mediante videoconferencia.
La migración de venezolanos responde a un proceso coyuntural, provocado por las sistemáticas agresiones económicas, financieras y comerciales impuestas desde 2014 por el gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) contra Venezuela.
T y F/Prensa Presidencial