El presidente de México, Felipe Calderón, firmó este jueves el controvertido decreto de reforma a la Ley Federal del Trabajo que según sus promotores, proporciona mayor oferta de empleo, más productividad y competitividad.
La reforma laboral, de acuerdo con Calderón, consistió en modificar más de 300 artículos de un código laboral vigente desde 1970 y cuyos preceptos estaban desfasados de las actuales condiciones sociales, económicas y demográficas del país.
Durante el proceso de discusión y aprobación del proyecto en las diferentes instancias de gobierno hubo protestas de rechazo de especialistas y sindicalistas al considerar que la iniciativa no necesariamente representará un beneficio para los trabajadores.
Las preocupaciones mayores están centradas en las prometidas garantías laborales, incluso para los cada vez más numerosos trabajadores informales desprovistos de seguridad social. Además les preocupa que la nueva disposición genere mayor desempleo.
A juicio del mandatario el anterior cuerpo legal era un freno para la competitividad de la economía y la contratación de jóvenes.
Esta es una reforma que lejos de afectar fortalece a los trabajadores y con ella los mexicanos podrán tener acceso a un empleo digno y bien remunerado, argumentó.