El presidente de Siria, Bashar Al Assad, brindó este lunes al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) toda la cooperación posible para examinar la situación humanitaria en la nación árabe.
Igualmente, el Jefe de Estado reiteró la determinación del gobierno de velar por la estabilidad del país, que vive desde hace meses serios disturbios atribuidos, según el Ejecutivo, a grupos terroristas armados.
Al Assad recibió en Damasco, capital del país, al director del CICR, Jakob Kellenberger, junto a una delegación del organismo, que visitó a prisioneros acusados de cometer serios desórdenes, reseñó la agencia de noticias Sana.
El titular de la Cruz Roja agradeció al mandatario las facilidades del gobierno para acceder a varias ciudades, que son escenario de protestas y enfrentamientos, así como a instalaciones y centros de detención para poder evaluar la situación.
Al Assad insistió en la importancia del examen directo de lo que ocurre en Siria, para de esta forma contrarrestar la distorsión de medios noticiosos occidentales y algunos regionales.
En tanto, las autoridades sirias reportaron el sepelio en las localidades de Sweida, Lattakia, Hama y Qamishli de 11 soldados, agentes de seguridad y civiles, muertos a causa de disparos de grupos terroristas armados que atacaron un autobús militar en las ciudades de Idleb y Homs.
Mientras tanto, efectivos de las fuerzas de seguridad apoyados por tanques del Ejército patrullan esas localidades para frenar acciones violentas.
Pese a que el gobierno sirio viene aplicando una serie de reformas políticas, exigidas por la oposición, los ataques de grupos armados se mantienen, por lo cual el Ejecutivo denunció en reiteradas oportunidades que existe un plan de injerencia contra la nación árabe.