El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró este lunes la capacidad de formar el próximo gabinete israelí con apoyo de 67 de los 120 diputados que componen la Knéset, el parlamento unicameral de este país.
El gobierno estará integrado por políticos de seis formaciones, todas de la ultraderecha del espectro o ultrarreligiosas, acorde con el parte emitido tras la entrevista de Netanyahu con el presidente Reuven Rivlin.
La luz verde presidencial abre un período de negociaciones durante el cual los partidos que apoyan al primer ministro presentarán las demandas de los ministerios y los cargos que desean ocupar, de correspondencia con sus plataformas.
Es evidente que las agrupaciones partidarias de la expansión a costa de la Cisjordania y Jerusalén demandarán carta abierta, tendencia que anuncia más complicaciones a la cuestión palestina y al propio Israel, que puede verse llevado a la Corte Penal Internacional por acusaciones de crímenes de guerra.
El capítulo de las negociaciones con las autoridades palestinas está cerrado después de la promesa de Netanyahu, en su desesperada búsqueda de votos, de que no Habrá estado independiente mientras esté en la jefatura del gabinete.
Netanyahu ganó de manera sorpresiva los comicios legislativos del pasado día 17 después de aparecer rezagado frente a la coalición Unión Sionista, conformada por laboristas, el Hatnua y partidos árabes.