La primer ministro de Reino Unido, Theresa May, aplazó este lunes la votación para aprobar la salida de la Unión Europea (UE), hecho que se llevaría a cabo el próximo 29 de marzo.
La votación, que estaba prevista para este martes, tendría como objetivo aprobar frente al Parlamento el acuerdo suscrito el pasado mes de noviembre en Bruselas, no obstante; May señaló que no se contaba con los votos suficientes en la Cámara de los Comunes (Cámara Baja del Parlamento de Reino Unido).
«He escuchado con mucha atención lo que se ha dicho en esta cámara y fuera de ella (…). Como resultado, si procediéramos mañana, (la propuesta) sería rechazada por un margen significativo», dijo May, citada por la cadena británica BBC.
En este sentido, indicó que renegociará con los líderes europeos para buscar mayores garantías para Reino Unido, tras su salida de la UE, así como llegar a un acuerdo para no afectar la frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte, punto en el que aún no se ha llegado a ningún término.
Para este punto, detalló May, se propuso una cláusula de «salvaguardia», que establece que mientras Londres y Bruselas no encuentren una forma de evitar el regreso de la frontera, Irlanda del Norte permanecería en la Unión Aduanera, cita el medio británico.
Entre otros puntos claves del documento, firmado por los 27 representantes de la UE, se encuentra el pago de 39.000 millones de libras (50.000 dólares) a la UE con el objetivo de saldar la deuda, así como un período de transición de año y medio (29 de marzo de 2019-31 de diciembre de 2020) para llegar a un acuerdo comercial entre las partes.
De igual forma, en materia de migración, se acordó que los ciudadanos de la UE podrán mudarse a Reino Unido durante el período de transición.
El 23 junio de 2016 en el Reino Unido se realizó un referendo para decidir si el pueblo británico decidía continuar en la UE o iniciaba el proceso de separación, esta consulta recibió el nombre de Brexit. Los partidarios del Brexit lograron obtener el 52% de los votos, dando inicio al proceso de separación.
No obstante, durante el proceso de separación con la UE, el gobierno británico ha intentado establecer un acuerdo comercial con la unión. Este mecanismo ha sido rechazado por varios extremistas del Brexit, debido a que con estas propuestas, la nación europea seguiría siendo una «colonia» y no un país «independiente» tal y como se votó el pasado 2016.