Columna Agroalimentaria|Propiedad privada y guerra económica (Opinión)

La gran burguesía, bajo la dirección imperialista, ha seguido avanzando en su plan de dañar el proceso bolivariano, profundizando la táctica de desestabilización económica, para lo que se aprovechan de su principal ventaja: la propiedad privada sobre los medios de producción.

Por ser propietarios de industrias, medios de transporte y distribución, importadores y exportadores de mercancías tienen en sus manos un alto porcentaje de los medios de subsistencia de la población venezolana: ser dueños del capital les da el control sobre aspectos vitales de la economía; tener el control de productos de alimentación y uso diario, maquinarias, repuestos y partes, medios de propaganda y la industria de la publicidad les da la posibilidad de manipular el estómago y la mente de amplios sectores.

Esta situación, su carácter de propietarios de los medios de producción, da a la burguesía en Venezuela y en cualquier país del mundo un inmenso poder que se expresa por medio de la manipulación de la economía y la política, que en tiempos de cambio puede tomar la forma de agresión violenta ya que la oligarquía es capaz de usar su capacidad material para estrangular la economía y tratar de someter al pueblo por medio del hambre, con el objetivo de generar su descontento, como forma de presión a los gobiernos, buscando lograr sus fines de obtener la máxima ganancia y asumir directamente el control del aparato que administra las riquezas de la Nación.

Si además de este inmenso poder material, surgido de la propiedad sobre los medios de producción, se añade la capacidad de manipular a través de sus aparatos ideológicos, y cierto menosprecio por la planificación de la contraparte revolucionaria, que con la complicidad de algunos corruptos le hacen el juego a cambio de dinero, tenemos situaciones complejas en las cuales los fondos del Estado destinados a satisfacer las necesidades de las mayorías pueden terminar en los bolsillos de bandas de estafadores, contrabandistas y ladrones nacionales y extranjeros, como puede estar ocurriendo hoy con el desangramiento que se hace al país por medio del contrabando de extracción, principalmente a gran escala que se está desarrollando por la frontera colombiana, donde hasta el ganado es comprado y sacado ante la mirada indolente de las autoridades locales.

T/ Pedro F. Rosas G.
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