El diputado al Parlatino, Ángel Rodríguez, afirmó que el candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles Radonski, se ha comprometido ante analistas y autoridades de países extranjeros, a incrementar de manera drástica en el corto plazo la extracción de petróleo en Venezuela, dejando de lado la disciplina que se ha adoptado durante el proceso revolucionario, de regular el bombeo en defensa de la estabilidad de los precios de esta materia prima.
“En el portal de Internet de la revista Foreing Policy, así como en otras publicaciones internacionales, se da por sentado que Capriles Radonski tiene la intención de realizar un cambio radical en la dinámica de la oferta y la demanda, pues ofrecerá crudo barato a las empresas como Exxon Mobil, Conoco Phillips, Chevron, Shell y British Petroleum, que saturarán el mercado internacional, presionando su cotización hacia la baja”.
Rodríguez sostuvo que los expertos norteamericanos señalan que el retorno de un gobierno neoliberal a Venezuela, produciría cambios importantes en la geopolítica energética mundial, pues si se inunda a los grandes compradores mundiales con combustible de la Faja del Orinoco, y se presenta un escenario de precios bajos, se abandonarán proyectos de alto riesgo y costo, como los pozos del Ártico y de las aguas profundas del Golfo de México, entre otros.
Citó un artículo escrito por Darren Campbell en la página web Alberta Oil Magazine, donde alerta a las autoridades y empresarios de su país, que los planes de Capriles Radonski representan una amenaza para la explotación de las arenas grasas de Canadá, debido a que el desarrollo de estos proyectos requiere de inyecciones de capital muy elevadas, que sólo se pueden garantizar si el valor del barril de combustible es alto.
El diputado Rodríguez agregó que los partidos políticos de la derecha pretenden entregar el control de las valiosas reservas de hidrocarburos de Venezuela a entes privados. Una de las opciones que consideran viable, es ofertar la mayoría accionara de las empresas mixtas en la bolsa de valores, tal como planeaban hacerlo antes de 1998, previo a la llegada del Comandante Hugo Chávez a la Presidencia de la República.
“Como la Constitución Nacional prohíbe vender a Petróleos de Venezuela, tratarán de desmantelarla para que sólo quede un cascarón. Según la premisa que manejan estos políticos apátridas, para duplicar o triplicar los niveles de ventas de crudo a las potencias industriales, es preciso incorporar capital y tecnología privadas que, según ellos, sólo se pueden obtener si se entrega la soberanía sobre los yacimientos de oro negro, a la oligarquía nacional y foránea”.
Recordó que en los años 90, los dirigentes de la IV República practicaron una política agresiva para canibalizar el mercado, lo que desató una feroz competencia con Arabia Saudita, que aplicó una ofensiva similar. Esta pugna no tenía sentido, pues la nación árabe ya era en ese entonces el primer productor del planeta. Además, el producto que bombea es más liviano, y por ende tiene mayor calidad.
“La rivalidad entre los socios de la OPEP para conquistar clientes, provocó un debilitamiento del papel regulador de la Organización. Venezuela fue uno de los principales responsables de que al grupo lo llamaran el Club de los Pinochos, por su desarticulación y su falta de seriedad para defender los intereses de sus países miembros. Afortunadamente, el Presidente Chávez fomentó un cambio de visión, que se tradujo en la recuperación sostenida de los precios”, concluyó.