El año 2016 cerró con 80 mil nuevos pensionados por la Misión Amor Mayor.
La medida estuvo acompañada por otras de la Misión Hogares de la Patria.
Deberían unificarse las Misiones en un solo organismo, cuya tarea sea unificar los criterios, realizar los estudios correspondientes y garantizar la eficiencia en la distribución de los recursos financieros.
Expertos en la materia nos explican que hace falta un estudio actuarial que determine con claridad la cobertura de los programas, su sustentabilidad y objetivos para los próximos años.
Valga un ejemplo, se dice que aproximadamente unas 800 mil personas no están amparadas ni beneficiadas por alguna prestación social. Los voceros oficiales dicen que el 90% de los adultos mayores está recibiendo pensiones.
Ambas afirmaciones son imprecisas. La única manera de demostrarlas es mediante estadísticas confiables que así lo determinen.
Determinar los grupos etarios es sumamente importante para trazar las políticas sociales. Las personas con edades mayores a 75 años deberían ser censadas y otorgarles pensiones (excepto las que ya las tienen) con el solo requisito de la Cédula de Identidad.
Las personas de 60 años a 75 años, sin pensiones, podrían incorporarse mediante mecanismos excepcionales, bien por las Misiones o por la reforma del Artículo 6 de la Ley del Seguro Social, lo cual permita el pago completo o fraccionado de las cotizaciones faltantes.
Quedaría la franja de las personas sujetas a la Ley del Seguro Social, con edades de 55 años la mujer y 60 años el hombre, quienes ingresarían al sistema por la vía regular del pago de cotizaciones semanales.
De esa forma podrían separarse las pensiones contributivas y no contributivas.