La ola de suicidios de agricultores en el occidental estado indio de Maharashtra amenaza continuar este año, pues solo en lo que va de mes se han quitado la vida más de 60.
Hoy se mataron otros cuatro, lo que eleva a ocho el total de muertos por propia mano desde el domingo, dijo Kishore Tiwari, director de una organización no gubernamental defensora de los derechos de los granjeros, a la agencia de noticias Ians.
Acuciados por las deudas resultantes de los bajos precios a sus productos, la violación de sus derechos y la indolencia de las autoridades, los campesinos de ese estado, principalmente de las regiones algodoneras de Vidarbha y Marathwada, encuentran en el suicidio la única fatal salida a su situación.
Según la Oficina Nacional de Registro de Delitos, en 2013 se suicidaron en Maharashtra tres mil 146 agricultores. Se cree que en 2014 pasaron de dos mil 500, la mayoría productores de algodón y soja.
La sequía ha destruido más de cinco millones de hectáreas de esos y otros cultivos, y tanto las autoridades estaduales como las del gobierno central se están haciendo los de la vista gorda, denunció Tiwari.
Pero el fenómeno no es exclusivo de Maharashtra: la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha denunciado que también son alarmantes los índices de suicidios entre los agricultores de Bengala Occidental (este), Andhra Pradesh y Kerala (sur).
La crisis agrícola, que pasa de una década sin avizorarse señales de solución, lleva a los campesinos indios a quitarse la vida pese a que el hinduismo, la religión mayoritaria en el país, considera al suicidio una decisión altamente reprobable.