PSOE gana elecciones en España aunque disminuye sus escaños

El PSOE obtuvo una mayoría de escaños, 120, aunque cinco menos que en elecciones pasadas, mientras que Podemos disminuyó de 42 escaños a 35 . Ciudadanos fue el gran perdedor

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El PSOE ha ganado las elecciones generales en España de este domingo , aunque se debilita al lograr tres escaños menos que el 28-A. En los segundos comicios legislativos de 2019 el PP ha subido con fuerza, Vox se ha catapultado como tercera fuerza del Congreso, Unidas Podemos ha quedado mermada y Ciudadanos ha sufrido un descalabro.

Pedro Sánchez ha obtenido 120 escaños (frente a 123 del 28-A); Pablo Casado ha pasado 66 a 68 diputados y el ultraderechista Santiago Abascal se dispara hasta los 52 asientos (tenía 24). Pablo Iglesia ha bajado a 35 escaños (frente a 42 que tenía) y Albert Rivera se ha desplomado a solo 10 diputados de los 57 que ganó en abril.

Rivera ha asumido en la noche la responsabilidad por el mal resultado. No ha dimitido, pero ha convocado a un congreso extraordinario. Sánchez, por su lado, ha pedido «a todos los partidos» que actúen con «responsabilidad y generosidad» para romper el bloqueo político. «Mi empeño es que esta vez sí o sí vamos a conseguir un Gobierno progresista», ha dicho.

Por su parte, Pablo Iglesias se había propuesto el mismo objetivo del 28-A: sumar para gobernar. Pero Unidas Podemos (12,8% de los votos) ha vuelto a perder electores: más de medio millón de votos. Se quedó en 35 diputados, siete menos que en las pasadas generales (42). Una nueva caída que hace tambalear, un poco más, su suelo electoral y que le aleja de sumar una mayoría parlamentaria con el PSOE. Pese al debilitamiento, la noche del domingo volvió a tenderle la mano a Pedro Sánchez para formar un Gobierno de coalición. “Si después de las elecciones de abril era una oportunidad histórica, ahora es una necesidad histórica. La única manera de frenar a la extrema derecha”, aseguró.

Rodeado de la dirección de su partido, al lado de Alberto Garzón, líder de IU, para reforzar la imagen de unidad de la coalición, Iglesias, con cara mucho más seria que en abril, le hizo un ofrecimiento al presidente en funciones, sin “reproches”. Un nuevo comienzo. “Hay que negociar y compartir responsabilidades desde mañana mismo [por hoy]. Cada fuerza debe estar representada exclusivamente en proporción a los votos y representantes obtenidos”, puntualizó.

“Las elecciones han servido para que la derecha se refuerce y para que España tenga uno de los partidos de extrema derecha más fuertes de Europa”, prosiguió el secretario general de Podemos.

Iglesias hizo poca autocrítica. Reconoció que la bajada de la participación (del 75,76% al 69,88%) había afectado a su formación, pero se remitió al Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano entre asambleas de Podemos, para analizar con profundidad los resultados. Por eso, el domingo se felicitó de que la coalición que lidera no hubiera sido “destruida”. El objetivo, en su opinión, que había previsto el PSOE. “35 diputados no entraba en los cálculos de quienes convocaron las elecciones. Estamos satisfechos de seguir siendo una fuerza decisiva para formar un Gobierno”, se conformó.

Sus palabras de reconciliación hacia el PSOE culminaron, sin embargo, con un mensaje hacia Sánchez. “Con más de 50 diputados de Vox se duerme peor que con ministros de Unidas Podemos”, dijo recordando una de las frases de Sánchez que ya se ha convertido en historia de esta campaña.

Si finalmente ni los números, ni la confianza, ni una mesa de negociación surten efecto para formar un Gobierno progresista, Iglesias se ha preparado para el desenlace. Durante toda la campaña ha fabricado un escudo por si Sánchez decide mirar a su derecha. Si en las pasadas elecciones generales Iglesias trató de sembrar la idea de que el PSOE pactaría con Ciudadanos, en esta campaña ha divulgado el mismo concepto, pero con socio distinto. “El plan”, término acuñado para describir una supuesta hoja de ruta del socialismo, esta vez tenía como destino una coalición con el PP. Al principio de la carrera electoral era una gran coalición; pero terminó siendo una coalición blanda. En palabras de Iglesias: una suerte de pacto de investidura a cambio de un paquete económico de recortes y medidas duras en Cataluña.

T/ Redacción CO
F/ Agencias
Madrid