Puccini llenará de drama y comedia al Teresa Carreño

Las óperas "Suor Angélica y Gianni Schicchi" de Giacomo Puccini, serán interpretadas por la compañía Ópera Teatro Teresa Carreño (OTC) y el Coro de Ópera Teatro Teresa Carreño. La puesta en escena estará a cargo del Maestro Miguel Issa, dirección musical por Daniel Gil, junto a la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, presentada en la Sala Ríos Reina del Teatro Teresa Carreño. Foto: Oswer Díaz Mireles/ Archivo Fotográfico/ GÚN
La sala Rios Reyna del Teresa Carreño, en Caracas, recibe desde este viernes 28 hasta el domingo 30 de abril a Suor Angelica y Gianni Schicchi, dos óperas de Giacomo Puccini, que serán interpretadas por la compañía Ópera Teresa Carreño (OTC) y el Coro de Ópera Teresa Carreño, junto a la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas (OSMC). Las funciones serán este viernes a las 6 de la tarde, sábado a las 4:00 pm, mientras el domingo será doble jornada: 11:00 am y 4:00 pm.
Las solistas son Betzabeth Talavera, Patrica Laguado, Marilyn Viloria, Alvaro Carrillo, Anderson Piaspam, Gregory Pino, Iván Cardozo, Annelia Hernández, Ninoska Camacaro, Amelia Salazar, Martín Camacho y Carlos López. La coordinación y producción corre por Lorelys Urbina y Adriana Issa. La dirección artística y académica es de Isabel Palacios; la dirección musical es de Elisa Vegas; el director de escena es Miguel Issa; y el director musical invitado es Daniel Gil.
Gil conversó luego de uno de los ensayos: «Este es un tríptico y montamos dos de las tres obras de Puccini. Suor Angelica ambientada en el purgatorio y Gianni Schicchi en el paraíso. La primera es una ópera muy oscura con una temática que nos puede tocar a muchos como seres humanos. La segunda de principio a fin nos arranca risas con las pequeñas travesuras de los personajes».
Señaló que las cuatro funciones pautadas se las repartirán dos elencos de primera, «la mayoría de ellos forman parte de la nueva generación del canto lírico en nuestro país».
Gil explicó que con la orquesta (OSMC) tuvo dos semanas y media ensayando, montando musicalmente la obra y con el elenco «tengo cerca de mes y medio de trabajo escénico y vocal para llegar listos para las funciones».
Este joven director reconoció que ya tenía experiencia de montar obras de Verdi, Lizet, «pero es mi primer Puccini y me emociona empezar con estos dos títulos que son, no solamente amables para la orquesta, sino que son amables con el público, que se puede sentir identificado, reír y puede llorar muchísimo. Trabajar estas dos obras es entrar por la puerta grande al género pucciniano».
Ha dirigido «nueve o diez óperas, ya perdí la cuenta», pero considera que lo más «complejo es leer lo que quería Puccini, gran desarrollador de la ópera y (el libreto) se vuelve un gran manual de instrucciones. Aquí entras y sales, aquí colocas el candelabro… Realmente seguir esa secuencia no es fácil, pero el resultado fue fabuloso. Eso sí, respetando a Puccini pero con una puesta fresca. moderna. Que el público no sienta como eso que piensan los jóvenes: que la ópera es algo aburrido, estático. Todo lo contrario. Ya lo verán».
T/Eduardo Chapellín F/Luis Franco