Pueblo cristiano católico volcó su devoción al Nazareno de San Pablo

La misa de las 11:00 am la ofreció monseñor Henry Williams Padilla, párroco de la Basílica de Santa Teresa, en Caracas.

La liturgia comenzó con el “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”, los creyentes agitaron las palmas en un paralelismo de la llegada del mesías.

Las lecturas de esta fecha son bastante específicas como la del libro del profeta Isaías. “En aquel entonces, dijo Isaías: El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento”.

También la lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses: “Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz”.

Y la Pasión de Jesucristo, como epicentro de la liturgia, contenida en el evangelio según San Mateo, que engloba los episodios protagonizados por el hijo de Dios entre la última cena, su crucifixión y muerte.

Monseñor Henry Williams recordó que Jesús murió en la cruz “por cada uno de nosotros”. Dio su vida para salvar a la humanidad del pecado. “El Señor nos muestra la entrega total. Su único interés es que lo aceptemos en nuestra vida”, sostuvo.

Llamó a cultivar el espíritu cristiano para ser personas de bien.

TESTIMONIOS DE FE

La procesión del Nazareno de San Pablo se realiza el miércoles santo. Sin embargo, como es un día en el que la asistencia a la iglesia es multitudinaria, muchos fieles acuden antes para pagar sus promesas y orar ante la imagen con más tranquilidad.

María Cecilia Ceballos llegó a la Basílica desde Guatire. “Vengo cada año, tengo a mi hija encomendada al Nazareno porque a ella le dio meningitis y una parálisis cerebral por la fiebre. La tengo con él. La ha ayudado bastante porque era para que estuviera postrada en una cama. Pero ahora ella, agarradita, camina, gatea. Todavía no habla pero dice palabras cortas como pa o ma. Tengo mucha fe en el Nazareno y en el Divino Niño también. En estas fechas siempre les traigo sus flores a cada uno”.

De la parroquia Caricuao se acercó Yajaira García, quien va a la basílica para agradecer a Dios y pedir lo necesario. “Sin Dios nada. A la gente le digo que reflexione, ni con peleas, ni muertos estaremos bien. Yo no quiero eso. Lo que quiero es paz, por eso vengo a la iglesia”.

Tibisay Porras vive en Las Adjuntas, nació a los seis meses de gestación, hoy ya pasa los 50 años. “Cumplo la promesa que mi mamá hizo. Decía la gente de antes que los niños seismesinos no se salvaban y soy testimonio vivo del milagro del Nazareno, por eso vengo y pago promesa. Vengo días antes porque sé que aquí se congestiona mucho, por eso tomo mis previsiones”.

Eglé Rodríguez se declara como muy devota al Nazareno de San Pablo. Siempre va a la misa y le pide por el bienestar de su familia. Asegura que nunca le ha fallado porque la ha ayudado a ella y a sus hijos. Narró que hace muchos años una hija suya sufrió un accidente doméstico que pudo terminar en tragedia, pero que gracias al Nazareno no fue así. “No le pasó nada, solo una leve fractura y mi hija está conmigo y tiene su hogar formado”.

Para Ligia Centeno Rangel, la palabra milagro tiene un gran significado y presencia en su vida. “Yo estaba casi ciega y gracias a la Misión Milagro tengo mi vista y, por supuesto, al Nazareno que le pedía mucho. Yo le cumplo promesa por mí y toda mi familia. Él es muy milagroso”, expresó.

Zulay Mendoza reside en El Junquito. Contó que uno de sus hijos fue prematuro y su caso fue delicado. Encomendó la vida de su pequeño al Nazareno de San Pablo y logró superar con éxito su difícil llegada a este mundo. Actualmente ya celebra un año de vida. “Soy devota de él desde pequeña. Pagué promesa por mi mamá, que ya falleció, pero mi fe sigue intacta como roca. Tengo cinco hijos y siempre vienen. El miércoles vengo descalza y pago promesa por mi hijo”, refirió.

Juan Carlos Falcón es el papá de Eliángel. “Venimos cada año por mi mamá y en promesa de que la niña se nos vio enfermita hace tres años, a raíz de eso hemos venido todos los años. Como el miércoles hay mucha gente nos acercamos el primer domingo de la Semana Santa”.

Invitó a la comunidad cristiana y de cualquier otra religión o creencia a mantener un modo de vida apegado a la fe para contrarrestar la maldad y el daño que existe en el mundo.

¡MILAGRO!

Humberto Mariño, personal de apoyo en la Basílica, relató que hace dos años presenció una manifestación del Nazareno en este templo. “Estábamos cerrando la Basílica, era el 2 de agosto de 2015 y una señora tenía 2 ramos de rosas para ponérselas al Nazareno. Le dije a la mujer que al cerrar la basílica le pondría sus ramos donde está el Nazareno. Me dijo que sí. Ella venía con una niña… Escuché que me llamó la niña: mi mamá quiere que vea algo. Me vine hacia donde ellas estaban (donde se colocan las velas) y me preguntó: ¿Ese no es el Nazareno? Mostrando un velón derretido. Y le dije sí, es el Nazareno de San Pablo. Fue asombroso porque se talló completamente su rostro (en el velón) igualito como es él, con su cara de pasión, de misericordia, no de dolor. Él se manifestó. Imaginamos que hizo un milagro a quien se lo puso o también pudo ser la fe que le tuvo”.

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Domingo de Ramos

Este día los cristianos recuerdan la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, exactamente una semana antes de su resurrección. En aquellos tiempos, la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino, otros cortaban ramas de los árboles y las tendían en el sendero y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!

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T/Oriana Gámez
F/José Meneses