La semana pasada estuve en una exposición que facilitaron dos profesores cubanos quienes disertaban sobre las diferencias y especificidades entre Nación, Estado y Gobierno.
Por supuesto se hizo el respectivo análisis sobre la Revolución Bolivariana y su importancia, destacando el papel de la mujer; la lucha obrera; la crítica y autocrítica; el aspecto moral, etc.Sin embargo, hubo algo que me llamó la atención y fue que ambos profesores hablaron de la sociedad civil y su diferencia con el pueblo, destacando uno de ellos que no todos los venezolanos son pueblo y que solo se puede llamar pueblo al que lucha por las transformaciones sociales del pueblo y para el pueblo.
Dicho pueblo que en sí, como sujeto político, constituye el elemento fundamental del Estado, dando verdadero sentido al Poder Popular con conciencia social, como antítesis de la sociedad civil.
De acuerdo con el Banco Mundial (BM), uno de los organismos que rigen las relaciones internacionales imperiales sobre la base del dólar, “el término sociedad civil se refiere a una amplia gama de organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro que están presentes en la vida pública, expresan los intereses y valores de sus miembros y de otros, según consideraciones éticas, culturales, políticas, científicas, religiosas o filantrópicas.» Es decir, los mismos grupos organizados al margen de las instituciones del Estado, que participaron y propulsaron abiertamente el golpe de Estado al comandante Hugo Chávez en el año 2002, con una clara conciencia de clase pudiente y caritativa que expresa sus valores, que en el fondo están vinculados a la pérdida de privilegios luego de la llegada del proceso bolivariano en 1999.
El otro profesor decía que en esa dicotomía entre sociedad civil y pueblo, se encuentra la dicotomía entre lo político y lo no político, pues aunque la sociedad civil pueda tener una clara conciencia de clase, la conciencia no es necesariamente conciencia social ni está orientada a cerrar la brecha entre las distintas clases sociales, sino en mantener el status quo para que las transformaciones sean -como lo expresa el concepto del Banco Mundial- para retomar los privilegios perdidos.
Se impone, pues, ahondar en la discusión sobre sociedad civil de organizaciones no gubernamentales, además financiadas con un objetivo específico, y el verdadero sentido de pueblo, expresado en el bravo pueblo luchador venezolano.