Por: Manuel López
Los precios del petróleo vuelven a un punto de inestabilidad después de marcar máximos de 57 dólares por barril en febrero de este año. En la actualidad se ubican en alrededor de nueve dólares menos, mientras los factores detonantes de ese proceso se mantienen.
Datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) indican que la producción estadounidense de crudo para este año debe estar alrededor de 14,4 millones de barriles por día, cerca de 800 mil barriles mas que en 2016 y alrededor de 360 mil barriles por encima de 2015.
Algunos productores de Estados Unidos afirman que pueden seguir bombeando crudo de manera rentable con cotizaciones por debajo de los 50 dólares e incluso en 45 dólares por barril.
Datos que recabaron agencias especializadas prestadoras de servicios en el Norte indican que las firmas de shale (petróleo de lutitas o esquisto) han contratado 425 equipos adicionales para perforar desde fines de mayo de 2016.
La Administración de Información de Energía de Estados Unidos prevé que la explotación crecerá en 340.000 barriles por día (bpd) en 2017 y otros 500.000 bpd en 2018, estimulados por la disponibilidad de capital para invertir en esos proyectos.
El escenario mas optimista arroja que los barriles de EEUU, junto con otros proveedores no pertenecientes a la OPEP, capturen el aumento de la demanda mundial de crudo que dejó de extraer ese grupo petrolero y sus 11 aliados fuera de la organización, convenida en 1,8 millones de barriles por día.
Pero este repunte de la explotación de crudo de lutitas estadounidense está por dirimirse en los próximos meses, si no se registra una recuperación del valor del crudo. Lo que está claro es que se volvió a un punto de colisión que afecta la estabilidad del mercado petrolero.