Columna Canalla mediática|Pura pantalla (Opinión)

Como si del más trascendental de los hallazgos se tratara, el rostro de la chama protagonista de la cuña se ilumina en un gesto de sorpresa, mientras observa la pantalla de su teléfono móvil, sugiriendo, quizás, algún mensaje de su novio, tal vez, alguna propuesta que debemos adivinar por medio de su mirada inocentemente perversa.

Todo el amor cabe en una pantalla.

Arrellanada en su sofá otra joven escruta su laptop de última generación. Más allá de la pantalla nada importa y nada existe. Allí está el mundo. Desde la guerra del fuego hasta el drone no tripulado. Todo. ¿Para qué hace falta la realidad?

Todo el conocimiento cabe en una pantalla.

El exitoso ejecutivo asciende por las escaleras mecánicas del centro empresarial, mientras visualiza en su tableta el dato que sacará de la manga en la reunión que le espera, la cifra que nadie rebatirá, la cita textual que lo convertirá en experto en todo y en nada.

Todo el éxito cabe en una pantalla.

El niño desecha la conversación con su mamá para sumergirse en el juego de video que acecha en la pantalla de su computadora, que le ofrece diversión sin preguntas y compañía sin acompañamiento. No se requieren insípidas rondas ni cuentos con finales felices para disfrutar de la niñez.

Toda la infancia cabe en una pantalla

La pantalla no valida la realidad… la reemplaza.

armandocarias@gmail.com
T/ Armando Carías