«(Los franceses presentaron) una resolución sabiendo que no sería adoptada para obtener un veto, inflamar la situación y atizar la histeria en torno a Rusia», ha afirmado hoy miércoles el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un foro empresarial en Moscú.
En su discurso, Putin ha recordado que el canciller ruso, Serguéi Lavrov, dijo la pasada semana en Moscú a su homólogo francés, Jean-Marc Ayrault, que Rusia no vetaría la resolución si esta tenía en cuenta la postura del Kremlin, a lo que éste respondió positivamente.
Según el relato de Putin, Lavrov dijo a Ayrault que Rusia no votaría contra la resolución francesa «si toman en cuenta nuestras enmiendas». «¿Y qué pasó luego? El ministro francés de Relaciones Exteriores viajó a Washington, se entrevistó con John Kerry (secretario de Estado de EEUU) y acusaron a Rusia de todos los pecados mortales», ha explicado.
Es por tanto Rusia quien debería estar ofendida por la situación, y no sus «socios», ha insistido proseguido el presidente ruso, en cuya opinión el comportamiento de Francia con Rusia debe llamarse «influenciar o chantajear», lo que, ha recalcado, no dará resultado con los rusos «nunca»
Rusia vetó el pasado 7 de octubre un proyecto de resolución sobre Siria durante una votación en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
La propuesta, patrocinada por Francia y apoyada por España, no fue aprobada tras recibir once votos a favor, la abstención de China y dos votos en contra, el de Rusia y el de Venezuela. La iniciativa buscaba imponer una tregua en la ciudad siria de Alepo e impedir el vuelo de aviones rusos o sirios sobre ella.
Rusia había dejado claro previamente que no aceptaría el cese de sus operaciones militares antiterroristas en Siria.
La tensión aumentó el martes entre el Kremlin y el Elíseo tras la anulación de la visita de Vladimir Putin a París para reunirse con su par francés, François Hollande.
Moscú confirmó la decisión de «aplazar» la cita, que llevaba desde abril en las agendas de ambos dirigentes, a tan solo una semana del día señalado. La razón: el cambio de programa por parte del Ejecutivo galo, que propuso, según el Elíseo, que en la «reunión de trabajo» se hablara solo de Siria, «excluyendo otro evento previsto».