El presidente ruso, Vladimir Putin, analizó este miércoles con el príncipe saudita, Bandar ben Sultan, la situación en el Medio Oriente, a la luz de la reanudación de conversaciones entre palestinos e israelíes.
Putin también recibió en la residencia campestre de Novoe Ogoriovo al jefe del servicio de inteligencia saudita y se refirió a la situación en el norte de África y al estado de las relaciones bilaterales, declaró el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por RIA Novosti.
Las conversaciones iniciadas el pasado martes entre palestinos e israelíes tienen el propósito de buscar un acuerdo sobre el Levante en un plazo de nueve meses, recordaron aquí fuentes oficiales.
Arabia Saudita y Rusia se encuentran en la cima de los productores de petróleo en el orbe, con una extracción diaria superior a los nueve millones de barriles, mientras en los últimos años este estado euroasiático se situó a la cabeza con más de 10 millones el pasado año.
Medios de prensa locales destacan, no obstante, las diferencias de Moscú y Riad respecto al asunto de Siria, cuyo gobierno señala al estado saudí como suministrador de dinero y pertrechos a grupos armados opositores y de responsable de una guerra mediática contra Damasco.
Moscú se presenta como partidario del fin de las hostilidades por todas las partes beligerantes en un conflicto que se extiende ya por dos años y aboga por un diálogo inclusivo de todos los sirios y un período de transición política.
Al mismo tiempo, los dos estados mantienen posiciones cercanas sobre la necesidad de resolver el dilatado diferendo palestino-israelí, destaca la prensa local.