¡Que nada nos quite la alegría!

Elaine Méndez señala que ante esta situación difícil que vivimos como pueblo, derivada de la agresión continua del imperio hegemón, Estados Unidos, lo vital es no permitir hundirnos ni que nos invada el sentimiento de derrota, pero si tenemos que llegar al fondo, tendremos que resurgir como el ave fénix, de las cenizas, de nuestros errores, entonces, alzar vuelo, y volar como el cóndor, libres.

Méndez es la directora de la compañía de títeres Tuqueque, grupo que inició su temporada y presenta cada fin de semana obras infantiles. El sábado pasado ayer domingo presentaron la obra La niñita de al lado, en la pequeña sala del Laboratorio Teatral Ana Julia Rojas, ubicada al lado de la estación Bellas Artes del metro de Caracas.

Una muchacha, de vestido multicolor, el rostro pintado y cargando un muñeco en los brazos, colocada frente a la carpa de colores vivos y acompañada de un fondo musical, invitaba a los transeúntes, a los niños y niñas que pasaban con sus padres, a que entraran y disfrutaran de esta obra infantil que gusta mucho a los pequeños, quienes además participan y enriquecen la trama.

Bajo un día soleado, centenares de caraqueños y caraqueñas merodearon por estos espacios para disfrutar de una velada titiritera, asistir a un Festival de Poesía Realenga, “poesía feminista de mujeres y erótica al oído”, así dice el cartel promocional, en la plaza de los Museos, disfrutar del Parque Los Caobos, admirar la fauna africana en el Museo de Ciencias y las demás exposiciones, o mover el esqueleto en el espacio interno del Eje del Buen Vivir con ejercicios al ritmo de la música, conducidos por el profesor Cornelio Sánchez o por Karen Rodríguez, una maestra jubilada del área de educación especial que ahora se dedica a la actividad física para el adulto mayor.

“Aquí estamos puras personas optimistas, personas que creemos en nuestro país, que creemos en nuestro proceso y que estamos contribuyendo, a la par de nuestro presidente Nicolás Maduro, a un proceso social. Si no creyésemos no estuviésemos aquí. Esto no es un Club, una membresía privada. Estos son espacios creados con nosotros y para nosotros. Entonces, hay que aprovecharlos, disfrutarlos, fomentarlos y hacer que crezcan cada día más. Cuando arrancó la actividad había siete u ocho personas. El domingo pasado nos contamos y estábamos 128 y faltaba gente. Es el Eje del Buen Vivir, jardín cultural de Caracas”, señala Karen Rodríguez, una mujer que en estos espacios, con la actividad física, parece haber encontrado la fuente de la eterna juventud.

Como el ave fénix

Elaine Méndez cuenta que el grupo de títeres Tuqueque en esta temporada de vacaciones montará todas su piezas: La niñita de al lado, en esta semana que concluye, la que viene, La ratoncita presumida, basada en el cuento de Aquiles Nazoa, luego, El principito, del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry.

“La niñita de al lado es un trabajo de creación colectiva organizad por Daniel González, nuestro dramaturgo estrella, quien nos acompaña. Es una pieza muy linda. Es la primera obra con la que fuimos a todas las escuelas bolivarianas. Hablamos sobre el tema del dengue. Tuvimos oportunidad de ver esas bellezas de escuelas funcionando, y los niños hablando sobre el dengue después de la obra. Por eso abrimos con esa obra que tiene diez años. Además, los niños nos van diciendo. Tenemos una doctora, que es la doctora Perorata que da la receta. Dice que hay que ir al médico, nada de aspirina ni de Iboprofeno, entonces los niños agregan: y patitas de pollo también. Es muy rica porque los niños han sido partícipes de ese montaje”, .

Méndez agradece al Laboratorio Teatral Ana Julia Rojas, dirigido por Carmen Jiménez, que les ha abierto las puertas.

Douglas Suniaga señala que el Laboratorio Teatral tiene casi 40 años de fundado. Es un centro de formación teatral en el que los jóvenes y estudiantes pueden aprender no solamente el arte teatral, sino lo atinente a la actuación, la dirección.

“Aquí se forman artistas y muy buenos seres humanos porque es una institución que promueve valores”, dice Suniaga.

“Ellos tienen como un teatrino pequeño con un aforo de unas 30 personas. Quisimos abrir la temporada aquí porque el Laboratorio Teatral Ana Julia Rojas es como una escuela. En este momento funciona para adolescentes, para jóvenes. Es muy rico porque les permite canalizar su formación, su vocación. Por eso quisimos empezar con nuestra carpa, que es donde vamos a presentar nuestra funciones por varias partes de Caracas”, indica Elaine Meńdez.

-¿Como sobreviven ustedes en estos tiempos tan difíciles?

-Primero que nada con mucho ánimo y no permitir que nada nos quite la alegría. Para transmitir alegría tienes al menos que sentirla. Trabajamos con sectores privados y públicos. Los privados nos han apoyado. Además, trabajando porque queremos trabajar. El dinero lo necesitamos para funcionar, satisfacer nuestras necesidades y para mantenernos, porque vivimos solamente para hacer teatro de títeres, pero el que hace teatro nunca va a dejar de hacerlo, así pase lo que pase. Además, pensamos que en este momento nuestra función es muy importante. Le damos ánimos y si la gente viene, nos apoya. Ayer vino una señora y nos dijo: yo tengo diez mil bolívares (el valor de una entrada), pero somos dos. Entre pues, adelante. Así vamos negociando. También el público está aprendiendo a guardar sus churupitos y no tomarse una Pepsicola que vale 30 mil bolívares, sino pagar unas entradas para ir al teatro.

-¿Ustedes reciben apoyo del ministerio de la Cultura ?

-No. Intentamos unas veces llevar una carpeta, pero nunca funcionó. Pero no nos importa. Si el ministerio de Cultura necesita que hagamos una función, la hacemos. También hemos hecho trueque. Estuvimos en una comunidad donde la gente de su propia caja de CLAP sacaba algo y nos lo daba. Nos organizaron una caja para dos personas. Armaron de sus cajas algo para darnos de comer. Eso fue algo demasiado bonito.

-¿Dónde fue eso?

-En Fuerte Tiuna. Gente muy sencilla. También estamos trabajando con maestros de la tercera edad, como Ramón Aguirre del Teatro Universitario de Caracas, que está trabajando con nosotros, una persona que ha hecho escenografías, telones de fondo del tamaño del Teatro Teresa Carreño, del Aula Magna, ahora con nosotros. Este maestro nos ha acompañando ayudándonos y enseñando el oficio.

-¿Qué le dice a esa gente que a veces cae en el pesimismo derrotista?

-Los entiendo. No les voy a decir que no está pasando nada. Estamos sufriendo mucho, pero la tristeza nos paraliza y en este momento tenemos que mirarles los ojitos a nuestros hijos, mirarles a los niños que están en una situación de calle y que se había acabado con la Revolución, y ahora de nuevo lo sufrimos. Es no permitir hundirnos. Si tenemos que llegar al fondo, tendremos que resurgir como el ave fénix de las cenizas, de nuestros errores, entonces alzar vuelo, y volar como el cóndor. Libres. Es la imagen que se me viene.

Buen vivir

Karen Rodríguez agradece a la profesora Lesly Reina, conocida como la “ministra del baile”, quien ha hecho posible la disponibilidad de los espacios para la actividad física. La sesión se inicia con un acondicionamiento neuromuscular para ponerse a tono. Luego se dedica al entrenamiento dedicado al fortalecimiento y la planificación. Después siguen unos ejercicios al estilo kick boxing, artes mixtas, para continuar con una divina jornada de baile. Finalizan con una “elongación”, para estirar y relajar los músculos. Concluyen dándole gracias a Dios, al mundo, al infinito, por la oportunidad de ser, de estar y de compartir.

Rodríguez detalla que de miércoles a domingo en el Eje del Buen Vivir, espacio creado en Revolución, hay todo un riquísimo abanico de actividades para todos los gustos y colores. Ella asiste a menudo a la ruta del joropo, en donde se aprende a bailarlo.

“No se trata de venir a dar pisotones, se aprenden las diferentes variaciones del joropo, según la región, sus pasos. Este es un espacio seguro, amable, cordial, de mucho respeto”, asegura.

Cornelio Sánchez, profesor de actividad física, refiere que en el Eje del Buen Vivir tienen cabida tanto las actividades culturales, la gastronomía como las dedicadas a la cuestión del ejercicio físico para el cuido de la salud.

“Esto está enmarcado en las líneas estratégicas de la nación, como es el derecho que tiene todo venezolano al esparcimiento, a la recreación, a la actividad física, a mantenerse en forma, a buscar la vida sana. Los espacios se prestan. Ves a la gente haciendo caminatas, manejando bicicletas, patinetas. Son estos lugares que han sido recuperados por esta iniciativa del presidente Maduro para que la gente en este tiempo de vacaciones pueda disfrutar lo que brinda Caracas, que es una ciudad muy convulsionada, pero que cuenta con estos lugares para la tranquilidad, el encuentro familiar y el compartir”, apunta Sánchez.

T/ Manuel Abrizo
F/ Héctor Rattia