¿Quo Vadis?

POR: JIMMY LÓPEZ MORILLO

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Se relata en el libro Hechos de Pedro, que en el año 64 el primer apóstol, huyendo de la represión desatada por Nerón contra los cristianos, se encontró en la Vía Apia a Cristo cargando una cruz y le preguntó: “¿Quo Vadis, Domine? (¿A dónde vas, señor?)”, a lo que éste respondió: “Roma vado iterum crucifigi (A Roma a ser crucificado de nuevo)”.

Uno podría preguntar a los integrantes de la oligarquía eclesiástica venezolana, a dónde van, y su respuesta no tendría nada de santa, pues ellos andan permanente crucificando a quien fuera definido acertadamente por Alí Primera como nuestro primer camarada.

Pedro, según el citado libro, avergonzado retornó a la que hoy es la capital italiana y se colocó al lado de su pueblo. Al ser capturado, pidió ser crucificado cabeza abajo, por no considerarse digno de morir de la misma forma que el Redentor.

Es una actitud radicalmente contraria la de esta jerarquía eclesiástica. Integrada por verdaderos mercaderes del templo, que marcha totalmente de espaldas a las enseñanzas de Cristo, absolutamente contraria a los intereses del pueblo por el que aquel entregó su vida, y sumada desvergonzadamente a las más deleznables causas del poder imperial.

¿A dónde va esa oligarquía eclesiástica? Probablemente estos días a utilizar de nuevo los púlpitos como tarimas políticas, para proclamar su ira contra quienes en absoluta mayoría hemos decidido mantener a Venezuela soberana, libre de todo vasallaje.

Es esa Iglesia, la burguesa, la que de espaldas a Cristo clama por intervenciones extranjeras en nuestra patria, con todo su saldo de muerte y destrucción, como ya ha quedado demostrado en Libia, Irak, Siria; la que calla ante los desmanes israelíes en Palestina y sonríe regocijada cuando el energúmeno de la Casa Blanca intensifica su bloqueo financiero contra el pueblo venezolano.

Es la misma de siempre, que bendice bombas antes de ser utilizadas para aniquilar a millones de seres; la que adula a dictadores, la que bendecía a terroristas encapuchados el año pasado y lanzaba apestosas homilías, envenenando a sus fieles, conminándolos a derrocar al Gobierno.

Es esa misma Iglesia formando parte de frentes golpistas opositores, haciendo llamados a los militares patriotas a traicionar sus principios, para poner el país en manos de quienes desde las sombras manejan los hilos del Pentágono y deciden cuáles naciones en el mundo deben ser arrasadas si no se pliegan a sus intereses.

Pero del otro lado, como siempre insistimos, está la otra Iglesia, la que va al lado del pueblo humilde, camina con sus pasos, comparte, sufre sus penurias y se alimenta con la misma convicción de no cejar nunca en el empeño de consolidar mejores amaneceres para la Patria. Es esta la Iglesia cuyos integrantes, ante la pregunta de hacia dónde van, responderán algún día: “A echar a patadas a los mercaderes del templo”.

jimmylopezmorillo@gmail.com
Caracas