Columna plamear y macareo|Radicalismos no construyen sociedades (Opinión)

El pasado domingo se llevaron a cabo las primarias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para definir quiénes serán los candidatos en las futuras elecciones parlamentarias que se realizarán a finales de este año. La jornada tuvo un pírrico porcentaje de participación ya que solo un total de 543.723 electores acudieron a la esperada cita que igualmente tendrá el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el próximo 7 de junio. De esta manera, una vez más los venezolanos nos mediremos ante un nuevo proceso democrático.

En este sentido es inminente que la principal protagonista en esta nueva campaña electoral será la polarización, agresividad y descontento algo que afecta tanto a socialistas como a opositores. Los venezolanos nos hemos caracterizado por el desprendimiento y honestidad al momento de ayudar al otro, y últimamente se ha notado un incremento en los niveles de agresividad de nuestra sociedad.

A medida que el tiempo pasa parece que nos volvemos más egoístas y en vez de pensar en colectivo para etiquetar o dejar de ayudar a alguien por el simple hecho de su manera de pensar. Por una parte, vemos a una dirigencia opositora que en cada discurso emana un odio profundo a un sector de la población; en el otro lado, los mismos dirigentes del sector gubernamental también utilizan para comunicarse un lenguaje violento que al fin y al cabo afecta a cada uno de sus simpatizantes.

Eso es lo alarmante, porque más allá de las diferencias políticas que puedan existir no podemos perder nuestra esencia y esa hermandad; debemos recordar que ante todo se debe albergar el respeto a la familia, la tolerancia y la comunicación.

A pesar de que el pueblo venezolano siempre ha pasado por procesos de convulsión política no se puede perder el Norte; para construir un país hace falta de mucha voluntad y que cada quien respete al otro, que no se pierda la comunicación, la tolerancia y la convergencia en un punto en común y de esta manera no permitir el enfrentamiento entre los mismos ciudadanos.

Es importante recordar siempre que todo forma parte de un juego político y que más allá a dónde nos puedan guiar las pasiones está prohibido caer en radicalismos si es que realmente se quiere dejar una mejor sociedad de la que tuvieron nuestros abuelos y padres.

Apoyen a quien mejor les parezca, pero no pierdan la esencia ni la humanidad.

T/ Dhaveline Lezama
@Dhafalda