Ramón Torres Galarza: “El discurso político nos está haciendo perder la capacidad sensible”

El autor ecuatoriano realizó una investigación de los conocimientos, saberes y costumbres de los pueblos indígenas en su relación con la selva y los puso en clave poética

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Un lustro después de que publicara su primera obra Ser del sur, el poeta ecuatoriano Ramón Torres Galarza presenta este martes su segundo libro de poemas titulado Madre nuestra que estás en la selva, cuyo bautizo se hará a las 7:00 pm en La Patana del Teatro Teresa Carreño, en un acto musicalizado por un trabuco conformado por Lilia Vera (en el poema La abuela Kueka), acompañada por Leonel Ruiz, quien hace una composición incidental trabajada en piano, Edwin Arellano en las cuerdas y Nené Quintero en la percusión.

El poeta ecuatoriano cita que Ser del sur fue el resultado de su caminar por América Latina y fue una coedición de Casa de las Américas en conjunto con la Casa de la Cultura ecuatoriana Benjamín Carrión, ambas en su aniversario. “Fue una edición cuidada y motivada por Roberto Fernández Retamar”.

En su momento la presentó en el Festival Internacional de Poesía de Venezuela. “Fue conmovedor leer en el Teatro Teresa Carreño repleto uno de los poemas: ‘Comandante eterno”.

INDIGENISMO EN CLAVE POÉTICA

Luego de esa primera antología, Torres Galarza asevera que se propuso recuperar varios trabajos de investigación sobre el tema de los pueblos indígenas y su relación con la Amazonía.

“Los puse en clave poética y de aquí surge esta segunda antología. Hice una recopilación e investigación en relación con los conocimientos y saberes, las costumbres de los pueblos indígenas en su relación con la selva, con la biodiversidad”.

“Esa característica la fui recopilando en términos de derecho, de biodiversidad, de investigación testimonial, pero no lo había trabajado en clave poética”.

“Lo que estoy intentando lograr es que esta poética de algún modo pueda conmovernos para volver a reconocernos como especies, volvernos a reconocer como esa parte de una totalidad que constituye nuestra Madre Tierra”.

-¿Te costó el título o lo tuviste siempre?

-No lo tuve siempre. Es sorprendente cómo los títulos aparecen en cualquier momento en extrañas circunstancias. Aparecen como dictados del propio texto, impuestos por ellos mismos. Someten al creador. Son los personajes los que definen los sentidos, la orientación, el aliento.

“A veces uno escribe en el desaliento, en el desencanto y Madre nuestra que estás en la selva surge en contraposición, no antagónica, con el Padre Nuestro que estás en los cielos”.

“Vivimos un momento en la humanidad en la cual debemos reconocer el papel de la mujer en la historia contemporánea”.

“No solo en lo femenino sino en la capacidad de reproducir y cuidar la vida en el planeta, y es un momento en el que el machismo hizo crisis debe ir a más”.

“Reconocer en la madre naturaleza el papel de la mujer como dadora de vida fue uno de los propósitos principales que aparecieron en la poética y que hicieron que surja el nombre”.

“Benjamín Carrión, promotor cultural ecuatoriano, nos decía que hay que pensar a la patria en nombre de mujer: matria. Madre nuestra que estás en la selva tiene esa connotación”.

-En el proceso de escritura, ¿sufriste o fluyó como un rapto?

-Fue un rito ceremonial, un misterio gozoso, no sufrí en ningún momento. La poesía fluyó, la palabra fluyó porque acudió a mí una vieja memoria acumulada, sentida y presentida. Y fue ella la que fue dictando los olores, los colores, los sabores, primero de la selva y luego de la poesía.

“Lo que yo trabajé es una poética que sea muy fiel a la estructura de un mito. Y un mito condensa conocimientos, y en el caso de la cosmovisión de los pueblos indígenas, esa cosmovisión es transmitida intergeneracionalmente del abuelo a su nieto a través de los mitos. Y los mitos siempre tienen una virtud de enseñanza, de ensoñación, de fascinación”.

“Transmitir el mito en clave poética es otra de las claves de mi trabajo en Madre nuestra que estás en la selva”.

GEO POÉTICA

Sobre las dificultades que implican los contextos para que la poesía logre su imagen, Torres Galarza se suscribe a este punto: “El poeta vive y sufre todos los contextos, evidentemente. Los contextos del texto son contextos de sentidos que tienen que ver con un momento absolutamente particular en la historia de América Latina, en la historia de la humanidad”.

“La clave poética de Madre nuestra que estás en la selva es una geopoética y tiene que ver con la geopolítica que el imperio, las corporaciones trasnacionales y el capital neoliberal están generando para devastar nuestra casa común, nuestra causa común”.

“Con los últimos incendios en la Amazonía lo que estamos viendo es que lo primero que desapareció el capital y el capitalismo son los pueblos indígenas, son las culturas, las costumbres, los saberes, que han sido progresivamente expropiados por la lógica salvaje del capital y el capitalismo”.

“Volver a la Amazonía es de fundamental importancia para comprender que en este momento tenemos una ofensiva que busca destruir culturas, pueblos, territorios, cuerpos, pensamientos”.

“Y tal vez la poesía puede contribuir en otra forma y contenido sobre la política. Es una poética sobre lo político, sobre lo geopoético de la geopolítica”.

“La poesía es un arma cargada de futuro, nos decía Celaya, y tal vez nuestras mejores armas para defender la paz, la alegría y la democracia tienen que ver con lo que somos y sentimos”.

“Uno de los propósitos de Madre nuestra es reconstituir el sentido de lo común, en el sentido de que la poesía contribuye a crear comunidades de sentidos, de poderes, de saberes, de quereres, porque lo que estamos perdiendo en esta nueva fase brutal y despiadada del capitalismo tiene que ver con que nos están despersonificando, nos están desconstituyendo de lo que somos: familias, comunidades amorosas”.

AYAGUASCA Y YAGÉ

“Yo acudo a la poesía en un momento en que siento que el discurso político, que la forma, el contenido y el lenguaje político, se está agotando, desgastando, nos está haciendo perder la capacidad sensible”.

“Mi trabajo tiene que ver con un intento de construir una poética sobre los sentidos, que te altere los sentidos, y tiene que ver con el uso de plantas sagradas, que como la ayahuasca y el yagé, que contribuyen a alterar los sentidos para que el ser humano que los usa permita su capacidad de hablar con las otras formas de vida”.

-¿No sientes que esos esfuerzos son titánicos?

-En la poesía tú encuentras susurros y gritos por la vida, que el poeta los vive interiormente, pero que cuando logra expresarlos se convierte en un grito por la vida. Entonces el arte de la creación poética, como la creación literaria, es lograr que el lector sienta y piense motivado por tu creación, pero con cabeza propia.

-¿Sorpresa que te deja tu creación?

-Muchísimas, porque cuando terminas un texto y lo vuelves a leer y saborear y lo corriges, lo estás degustando y rumiando en las noches, entonces ese texto reacciona frente a ti y se desquita.

“Siempre un texto se desquita con el autor, porque adquiere una suerte de autonomía distinta al del creador, otra identidad, marcada por un hecho maravilloso: la escritura cuando es buena tiene que con el otro, el distinto, lo ajeno, y es la palabra la que te permite un sentido del comunicar para reconocerme en ti, reconocer al otro yo que me constituye en nosotros. La poesía es un diálogo de sentimientos”.

-¿Te importa la opinión sobre tu poética?

-No, no me importa, para nada, absolutamente para nada.

-¿Y las reacciones?

-Eso sí me interesa muchísimo.

-¿Coleccionas reacciones?

-Guardo reacciones, guardo abrazos, guardo miradas, sensaciones, besos, guardo insultos.

T/ Agencia de Noticias
F/ Miguel Romero
Caracas