El presidente de Cuba, junto a trabajadores privados impulsan el reciclaje en el país, por lo que las personas que se dedican a recoger latas pueden generar ingresos. El Gobierno cubano aprobó en diciembre una nueva política de reciclaje que contempla inversiones y nuevas formas de gestionarla.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, junto a trabajadores privados, impulsaron el reciclaje en ese país caribeño, enmarcados en un proyecto con el que según cifras oficiales se recuperan entre un 85 y un 90 por ciento de las latas en circulación.
Trabajadores como Juana (citada en la agencia AFP) controla los desechos de tres cafeterías en el barrio de Luyanó, en La Habana (capital), donde recoge las latas de cervezas y refrescos para vender el kilogramo en 8 pesos (0,32 dólares). Juana señaló que «uno tiene que recoger muchas laticas, aplastarlas y llevarlas a la tienda para buscarse unos pesos, pero al menos sabe que si trabajas más, ganas más».
Los recolectores de lata se han convertido en parte del paisaje mañanero de La Habana. Según cifras oficiales se recuperan entre un 85 y un 90 por ciento de las latas en circulación.
Además del aluminio, el hierro y el bronce son los mejores pagados. Gracias a el trabajo de recolección de estas personas el país logra procesar 300 toneladas de chatarra ferrosa al año, un 75 por ciento del total de reciclados, valoradas en 120 millones de dólares que se destinan a la industria nacional y a la exportación.
El director de la estatal Empresa de Recuperación de Materias Primas (ERMP) Jorge Tamayo, informó que “la actividad, hasta hace pocos años estaba totalmente en manos estatales, pero recibió un alto impacto con los cinco mil 700 privados que se han incorporado a ella”.
En el caso de José (otro trabajador citado por la agencia francesa) también tiene varios puntos de recogida de latas, papel, cartón, botellas y hasta desechos metálicos, que luego vende. Dijo que «si me dejan, me convierto en el Rey de la Basura».
Según la Vicedirectora de la ERMP, Marilyn Ramos, «sólo se recicla el 35 por ciento de los desechos del país», por lo que «las reservas son muy grandes».
El gobierno aprobó en diciembre una nueva política para el reciclaje, que contempla inversiones y nuevas formas de gestionarla, transfiriendo varias actividades a trabajadores privados y a las nacientes cooperativas.
La recogida y venta de reciclables, regulada por una ley de 1975 que será actualizada, fue por décadas monopolio estatal y su ejecución era más formal que real, por lo que los implicados no sentían la obligación de cumplirla.
La nueva política oficial establece que en adelante el Estado sólo se encargará de los grandes generadores de desechos, como la industria, aunque las estadísticas indican que son los que menos aportan.
Actualmente se logra procesar 400 mil toneladas anuales de desechos, de los cuales, el 64 por ciento lo aportan los privados, el 35 por ciento por vía estatal y el 1 por ciento por campañas públicas.