Cientos de personas protestaron este sábado en ciudades australianas contra el extremismo islámico, acciones respondidas con manifestaciones de grupos civiles que catalogaron esas demostraciones como racistas.
En esta capital, donde se realizaron protestas al igual que en Melbourne, Brisbane, Adelaide, Perth y Hobart, la activista antirracista Clara Fester, expresó que las marchas, organizadas por la agrupación Recuperar Australia, constituyen un ataque a la comunidad musulmana en este país de Oceanía.
Argumentó, en ese sentido, que la campaña cuestiona valores como la comida halal relacionada con los alimentos de la comunidad musulmana, la ley islámica e intenta prohibir la prenda de vestir burka.
«Sus ataques contra el Islam implican que cualquier persona musulmana es violenta, apoya el terrorismo y está contra la mujer, apuntó.
Consideró que esa política persigue dirigirse a todos los musulmanes con los estereotipos racistas clásicos, difundió el canal televisivo Channel News Asia.
La agrupación Recuperar Australia difunde teorías conspiratorias que relacionan la comida de los musulmanes con el grupo terrorista Estado Islámico, lo cual implica a los islámicos en movimientos políticos de una pequeña minoría, denunció, por su parte, Mel Gregson, organizador de una de las contramarchas.
Por su parte, representantes de Recuperar Australia señalaron que las protestas de ciudadanos australianos adeptos a esa organización no van en contra de ninguna raza o religión en particular.
En medio de un caldeado ambiente social en Melbourne, donde contrarios al extremismo islámico portaban pancartas en que se leía «Si Australia, No Sharia», la policía intervino para evitar enfrentamientos entre grupos de manifestantes rivales.