Este jueves en Oslo| Reanudan juicio contra autor de masacre en Noruega

Con los primeros testimonios sobre la matanza en la isla de Utoya, la Justicia noruega reanudó este jueves el juicio contra el terrorista Anders Behring Breivik, autor confeso de la masacre de 77 personas el pasado verano.

Las declaraciones iniciales corrieron a cargo de Simen Braenden Mortensen, un joven de la Juventud Laborista (AUF) que ejercía de guardia en la parte continental y fue el primero en recibir al asesino disfrazado de policía tras el atentado en Oslo.

Según dijo Braenden, el extremista, al verle, le comentó que estaba de visita para asegurar la zona e informar de lo ocurrido en la capital, y después de mostrar una placa policial falsa, pidió un transbordador para llegar a la isla.

Ese 22 de julio Breivik masacró a unas 69 personas en el campamento juvenil del Partido Laborista Noruego en Utoya, y mató a otras ocho al detonar una bomba en el complejo gubernamental de Oslo, horas antes.

Tras Braenden testificó el capitán del transbordador «MS Thorbjorn», Jon Olsen, encargado también del mantenimiento de las instalaciones de la isla, y cuya compañera sentimental, Monica Bosei, fue una de las primeras víctimas de Breivik.

Al llegar a Utoya Olsen refiere haber llevado en un coche la caja que Breivik transportaba hasta el edificio principal, pero al volver sintió disparos y presenció cómo el terrorista asesinaba a sangre fría a varias personas, entre ellas Trond Berntsen, el policía de civil encargado del orden en la isla.

Después de avisar por teléfono a emergencias, dijo al tribunal, retornó al barco, donde lo esperaban varios jóvenes y el líder de la AUF, Eskil Pedersen, para regresar al continente.

Esta es la tercera de las 10 semanas de juicio contra Breivik, quien considera la matanza como un acto político y no como la obra de un psicópata.

Según el asesino, sus acciones deben entenderse como una protesta contra el multiculturalismo y la política de tolerancia migratoria del gobernante Partido Laborista.

De momento, la Justicia noruega deberá determinar -a raíz de polémicos informes psiquiátricos y encontradas opiniones médicas- si el criminal nórdico estaba cuerdo o demente en el momento de los hechos, ya que eso representaría la diferencia entre la cárcel o el manicomio.

En caso de ser considerado penalmente responsable por la masacre, Breivik enfrentaría una condena de 21 años, la máxima que existe en la legislación del país escandinavo.

Fuente y Foto/Prensa LAtina