Leales a Muammar Al Gaddafi e insurgentes libios sostuvieron fieros enfrentamientos en un sector del oriente de Sirte, mientras que las tropas rebeldes vaticinaron una inminente conquista de la ciudad costera, pese a la resistencia de los progubernamentales.
Opositores armados integrados en el Consejo Nacional de Transición (CNT) intensificaron la que llamaron «ofensiva final» con unos mil hombres contra el último bastión del líder libio, luego de que el lunes dijeron tener el control «casi completo» de Bani Walid.
Tanques, lanzacohetes, camionetas artilladas e infantes con armas ligeras lanzaron al amanecer de este miércoles una operación desde el este de la ciudad natal de Gaddafi para completar el plan de capturar la pequeña área aún bajo control de los defensores de la urbe.
Algunos militares del CNT se apresuraron a celebrar con disparos al aire el estrechamiento del cerco en dos barrios donde combaten los seguidores del líder libio, cuyo paradero se ignora desde que los sublevados tomaron Trípoli a finales de agosto.
Según reportes de canales televisivos desplegados en la localidad con costas al mar Mediterráneo, los progubernamentales se mueven en pocas cuadras, pero desde esa zona reducida han abatido y neutralizado a muchos insurrectos, impidiéndoles tomar plenamente Sirte.
Grupos armados de los sublevados llegaron ayer a capturar un mercado de vegetales en la referida área, pero fueron repelidos por un intenso tiroteo de francotiradores y granadas autopropulsadas desde las azoteas de edificios y entre las casas de las principales calles.
Cercados por los insurgentes y sometidos a bombardeos aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) durante más de dos meses, los habitantes de Sirte han mostrado un apoyo mayoritario a Gaddafi, bajo cuyo gobierno la ciudad registró una pujante prosperidad.
La lealtad al gobierno ha sido el principal obstáculo del CNT para conquistar la que antes era una discreta aldea de pescadores y, por extensión, poder dar por concluidos los ocho meses de guerra, lo que facilitaría también el anuncio de un gobierno provisional.
Durante la visita no anunciada realizada ayer a Trípoli, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, prometió ayuda monetaria a los dirigentes opositores libios, y subrayó sin ambages el deseo de Washington de ver a Gaddafi capturado o muerto.
Voceros militares del CNT reconocieron que los leales tienen suficientes municiones y determinación a defender Sirte, pero en declaraciones al canal Al-Arabiya pronosticaron que entre «hoy o mañana será bombardeada y liberada, y empezaremos la cacería de Al Gaddafi».