Recesión en la Iglesia Católica: El Vaticano se agita por el riesgo de quiebra

Arenas movedizas en el Vaticano debido a su preocupante situación financiera. Por si no fueran pocos los desafíos del Papa Francisco en su actual pontificado —pobreza, migraciones, cambio climático, lucha contra la pederastia— ahora la Santa Sede tiene que lidiar también con las informaciones acerca de su débil situación económica que está publicando estos días la prensa italiana: el despilfarro y la poca transparencia impiden que se ejecute plenamente la gran reforma financiera que Jorge Mario Bergoglio tiene en mente para la Iglesia Católica.

Al parecer, la crisis financiera del Vaticano podría asomarse a un riesgo de «quiebra». Según algunos medios italianos, este peligro es cierto y los expertos contables de la Santa Sede, quienes en el 2018 informaron al Papa Francisco de la situación, hablaron de «unos niveles de déficit preocupantes» para los que había que tomar medidas.

«Por primera vez en la historia» hubo números rojos en el Vaticano: Menos donaciones, aumento incontrolado de los costes de personal, malas inversiones y contabilidades paralelas. Atendiendo a las reconstrucciones que han hecho estos días publicaciones como el periódico italiano La Repubblica y la revista L’Espresso –citando la existencia de documentos oficiales–, el riesgo de quiebra podría convertirse en una «pesadilla» para el obispo de Roma.

«Los números hablan claro: sin los medios para sostener la obra de evangelización y para socorrer a los pobres, se pagará el precio de los escándalos y de la resistencia que la curia romana continúa oponiendo frente a la transparencia promovida por Jorge Mario Bergoglio», escribió estos días Ezio Mauro, ex director de La Repubblica, en unas de sus páginas. ¿Por qué se ha llegado a esta situación?: «Debido a una gestión clientelar, sin reglas, que encubre abusos, privilegios, contabilidades fantasma, ilegalidades y un continuo sabotaje a la acción del Papa para cambiar el estado de cosas de forma radical».

¿Estrategia contra Francisco?

Pero hay quien considera que es todo «una estrategia para desacreditar al Papa», tal como defiende el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga en una entrevista a La Repubblica: «Quieren desprestigiar el papado. Primero, retratando una Iglesia donde la mayor parte son pederastas; y ahora, queriendo mostrar una indiligencia económica».

El purpurado asegura que «es falso que el Vaticano esté en riesgo de quiebra» ya que la financiación de la Iglesia no sólo procede del Óbolo de San Pedro, sino también de la Secretaría de Estado, «que, entre otras cosas, administra también los gastos de las nunciaturas apostólicas» –las «embajadas» del Vaticano en el mundo–. Preguntado acerca del hecho de que sólo dos de cada diez euros se emplean para ayudar a los pobres, asegura: «No me consta». Y añade: «Las ventas de las entradas a los Museos Vaticanos también ayudan a toda la Santa Sede», desde el punto de vista de la financiación.

Tal como se puede leer desde la página web oficial de la Santa Sede, el Óbolo de San Pedro es «una ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre, como expresión de apoyo a la solicitud del Sucesor de Pedro por las múltiples necesidades de la Iglesia universal y las obras de caridad en favor de los más necesitados». Así pues, es una de las principales fuentes de financiación directa de la Iglesia Católica a través de los casi 1.300 millones de católicos en todo el mundo. Los fieles que más contribuyen son los de Estados Unidos (27%), Francia (12%) e Italia (10%). Clasificando a los donantes por tipología, en primer lugar destacan las diócesis, en segundo lugar las fundaciones y en tercer lugar los privados.

El Vaticano recibe el 50% de donaciones menos que hace una década. Según informa La Repubblica, en 2006 las donaciones sumaron un total de 101 millones de euros, 79 millones en 2007, 74 millones en 2008, 83 millones en 2009, 66 millones en 2010, 83 millones en 2014 y 70 millones en 2015. En 2018 el Óbolo de San Pedro ha recibido sólo 51 millones de euros. Lo cual complica su actividad benéfica, ya que el 58% de lo donado al Óbolo de San Pedro se destina a corregir los excesos de la curia romana y el 20% parmanece guardado en depósitos. Sólo el 20% restante se destina a ayudar a los pobres.

Atendiendo a las palabras de Maradiaga en la entrevista, hay quien apunta a «desestabilizar» el Vaticano del Papa Francisco en coincidencia con el Sínodo sobre la Amazonia: «En un sínodo de los obispos con contenidos tan decisivos se termina hablando de otras cosas». El cardenal hondureño Maradiaga apunta a una dificultad endémica de la Santa Sede: «Dentro del Vaticano se sigue teniendo el mismo problema. Hay quien permite la fuga de documentación para desestabilizar».

«Hay una parte de la Iglesia que parece estar más interesada a los grandes donantes, a las políticas de las grandes compañías del petróleo y del carbón», asegura el purpurado hondureño. Según Maradiaga, el Papa pide «un desarrollo sostenible y una justicia social que molesta a quien sólo está interesado en el dinero» y es «incomprensible» que «una parte de la Iglesia Católica no escuche los mensajes de la naturaleza», en referencia a los distintas catástrofes climáticas.

En las últimas semanas, los periódicos italianos están informando acerca de la trascendencia del actual Sínodo sobre la Amazonia, un evento que reúne a mas de 200 eclesiásticos, entre cardenales y obispos, con el objetivo de debatir acerca de una de las zonas del mundo que más están sufriendo desde el punto de vista del medio ambiente. Pero en dicho sínodo no se está hablando sólo de esto, sino también del celibato sacerdotal y de la presencia femenina en la Iglesia.

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