La Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Corte Penal Internacional (CPI), reclamaron este viernes al gobierno de Libia la liberación de cuatro funcionarios del tribunal, que fueron detenidos hace más de una semana en la ciudad de Zintan.
En una declaración emitida hoy, el Consejo de Seguridad expresó que la administración libia, que asumió luego del derrocamiento y asesinato de Muammar Al Gaddafi en octubre pasado, tiene la obligación de cooperar plenamente y de asistir a la CPI.
Los arrestados son la abogada australiana Melinda Taylor, la intérprete libanesa Helen Assaf y los funcionarios Alexander Khodakov y Esteban Peralta Losilla.
Los representantes de la Corte había viajado a Libia para visitar al hijo de Muammar Al Gaddafi, Saif Al Islam, detenido en una cárcel de Zintan, al oeste de la nación norafricana.
El lunes pasado, la fiscalía libia dictó prisión preventiva contra los funcionarios mientras investiga supuestos delitos lesivos a la seguridad nacional.
Por su parte, desde la CPI se volvió a pedir la liberación de sus representantes y apeló para ello al «espíritu de cooperación» que se ha dado entre el tribunal y las autoridades de ese país.
El CPI señaló que esta semana una delegación de la institución visitó a los cuatro funcionarios, que se encuentran con buena salud.
El máximo tribunal agradeció «la asistencia ofrecida hasta la fecha por las autoridades libias. La Corte está totalmente abierta a tratar cualquier lamentable malentendido», remarcó un comunicado de ese organismo.
Saif Al Islam fue detenido luego de ser derrocado su padre, tras ocho meses de bombardeos encabezados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), que dejó como saldo miles de libios muertos.
El hijo de Gaddafi es acusado por supuestos crímenes de lesa humanidad y la CPI exige que le corresponde juzgarlo, en tanto el gobierno libio afirma que debe ser condenado en el país.
Los sucesos ocurren luego de varios meses de anarquía y violencia en el país, donde las denuncias de asesinatos en las cárceles y las ejecuciones sumarias contra población simpatizante de la Gran Yamhiriya Árabe Libia han sido frecuentes, incluidas las críticas de algunas organizaciones internacionales no gubernamentales.