Dicha red se inició hace tres meses con un pequeño grupo de panaderos artesanales que recibían 50 sacos de harina de trigo al mes, para producir, a razón de 300 panes campesinos por saco, 1500 unidades al mes
La Red de Panaderías y Pastelerías Artesanales Chávez Vive, que reúne a unos 300 microempresarios y unidades de producción familiar, se organiza para ampliar la producción y ofrecer mayores cantidades de pan en las comunidades de los 14 municipios del estado Yaracuy.
El coordinador de la red, Iván Aparicio, informó este jueves que se realizan encuentros municipales para afinar la organización y compartir información y saberes populares en la preparación de pan artesanal y, así, buscar ampliar la producción.
Una de esas reuniones se realizó en el teatro Rafael Zarraga, municipio Cocorote, donde unos 50 pequeños productores se reunieron para establecer estrategias y desarrollar un plan de abastecimiento justo y equitativo en las comunidades de esa jurisdicción.
La harina de trigo y algunos insumos los reciben de la empresa comercializadora y distribuidora Red Venezuela, con la que mantienen un convenio para abastecer de manera regular las 300 unidades de producción familiar registradas en la Red de Panaderías y Pastelerías Artesanales de Yaracuy.
Dicha red se inició hace tres meses con un pequeño grupo de panaderos artesanales que recibían 50 sacos de harina de trigo al mes, para producir, a razón de 300 panes campesinos por saco, 1500 unidades al mes. Hoy, la recepción aumentó a 2.300 sacos, para aumentar la producción a 700.000 panes campesinos al mes, aproximadamente.
Para lograr que la red aumente su capacidad, se programan cursos de mejoramiento en la producción de este rubro y planes de construcción artesanal de equipos panaderos.
Manuel Espinoza, del sector La Playita, tiene un horno y unos equipos semi industriales que utiliza para la confección de pan en su comunidad, con lo que contribuye a satisfacer parte de la demanda de ese producto en su sector y a combatir la guerra económica.
La situación actual «nos obliga a las comunidades a organizarnos para enfrentar esta guerra económica y satisfacer nuestras necesidades. En mi casa, con esta pequeña unidad de producción familiar, nos sumanos en esta lucha para garantizar pan asequible para todos», subrayó.