Es una opinión personal, pero me atrevo a expresarla casi como una certeza: hoy las grandes mayorías apoyan al Gobierno de Nicolás Maduro.
Estoy seguro de ello. Para decirlo en el lenguaje coloquial, nuestro pueblo, bolivariano y chavista como es, está resteado con el Presidente. Y cuanta más leña, más resteado. No sé si en los cálculos de los escuálidos se está considerando esta realidad, pero es un dato de la política.
En el nivel en el que me muevo, ese apoyo popular a Maduro lo he constatado sin ningún género de dudas. No conozco personalmente a nadie a quien las dificultades no le hayan más bien reafirmado su posición y sus convicciones.
Y no me refiero solo a la militancia revolucionaria, sino a la generalidad de pueblo chavista que está demostrando una lealtad y una consecuencia impresionantes con el proyecto del Comandante.
Pareciera que cuanto más nos agrede la burguesía, con el poder de hacer daño que todavía conserva, más fuertes nos hacemos.
¡Qué interesante es esto! ¡Cuántas lecciones nos da este pueblo sabio y paciente una y otra vez, en cada circunstancia que se presenta! Pueblo que carga el amor de Chávez en el corazón, y sus ideas emancipadoras en la conciencia.
De manera que estoy persuadido de que nuestro pueblo, más allá de las molestias que la guerra económica nos causa en nuestra vida cotidiana, sabe y siente que los culpables de las dificultades impuestas son la burguesía y esta derecha maltrecha que actúa como su expresión política.
Tengo el convencimiento de que nuestro pueblo está plenamente consciente de quiénes son los causantes y promotores de esta guerra. Y que por lo tanto cada vez que llegue la hora en que su voluntad cuente, sea en una confrontación electoral o en lo que venga, actuará en consecuencia, tal como lo ha hecho durante los últimos 15 años.
¡Pueblo noble! ¡Pueblo de libertadores!
¡Pueblo chavista!
Lo digo y lo afirmo, no solo desde el apoyo incondicional a la Revolución, sino además desde la absoluta confianza de que esta guerra económica la vamos a ir ganando, jornada tras jornada, en cada una de sus batallas.