Desde hace tres meses|Plan Llegó la Chamba transforma realidad de población penal en Portuguesa

Hace tres meses, terminó para José Alvarado una «larga rutina de ocio», pues comenzó a trabajar, a través del Plan Llegó la Chamba, en una bloquera instalada en las inmediaciones del Centro Penitenciario de Los Llanos Occidentales (Cepello), en Portuguesa.

Fabricar bloques es para este privado de libertad «más que un trabajo, (es) una oportunidad para empezar de nuevo» y la posibilidad de ganarse dignamente la vida cuando salga del sitio de reclusión, en diciembre de este año.

Junto a él, otros seis internos que tienen el beneficio de destacamento de trabajo, cumplen esta unidad productiva una jornada laboral diaria de 7:00 de la mañana a 12:00 del mediodía y de 1:00 a 4:00 de la tarde.

«Con el Plan Llegó la Chamba empezamos a ver luz», expresó Alvarado, al confesar que durante casi seis años pensó que «era mejor nunca salir del penal», ya que no «sabía hacer nada» y se vería en la obligación de reincidir en el delito.

Dijo estar en prisión «por un error de la vida», que no volverá a cometer, por lo que apenas obtenga su libertad, seguirá trabajando en la bloquera.

El presidente del Instituto Autónomo de Trabajo Penitenciario, Enrique Andrade, informó que a través del Plan Llegó la Chamba han sido inauguradas este año 29 unidades productivas en los centros penitenciarios del país e incorporados al trabajo 850 internos.

Apuntó que estos espacios comenzaron a construirse a finales de 2011, y 80 % de ellos están completamente operativos.

Anunció que próximamente se inaugurarán talleres de carpintería y herrería y una bloquera en la penitenciaría de Táchira, una granja avícola en la de Yaracuy y una granja porcina, una panadería y un taller general de servicio automotriz en el Centro Penitenciario de Oriente (La Pica), en Monagas.

Fuente/AVN