Obsequios de juguetes tradicionales realizados con materiales de reciclaje, como trompos y gurrufíos, y la exhibición de muñecas de trapos en el salón principal de la Flor de Venezuela, de Barquisimeto, capital de Lara, en el Centro-Occidente venezolano, forman parte de las actividades que se cumplen en ese monumento nacional, durante este asueto de carnavales.
La familia Moreno Nieva es de San Cristóbal, estado Táchira. Ellos pasaron los carnavales en la playa de Chichiriviche, en el estado Falcón y este martes salieron de regreso a San Cristóbal, pero decidieron pasar por Barquisimeto para conocerlo.
«Es una ciudad muy bella, sus avenidas principales muy limpias», aseveró Nancy Nieva, madre de esta familia, quien estuvo en la Flor de Venezuela junto con su esposo, Carlos Alberto Moreno, su hija Yuriel y dos nietas, María Luisa y Luisa María, así como su nuera, María Isabel Rengifo.
Ellos recorrieron toda la Flor de Venezuela con sus 16 pétalos abiertos en toda su dimensión. «Nos parece una infraestructura maravillosa», aseveró Nieva luego de recorrer el monumento y tomarse decenas de fotos para el recuerdo familiar.
María Isabel Rengifo contó que el viaje de Chichiriviche a Barquisimeto estuvo «tranquilo. Hay bastante seguridad, las vías están en buen estado y ahora seguimos para San Cristóbal. La playa estuvo riquísima y esta ciudad de Barquisimeto se ve hermosa con su monumento», expresó.
Agregó: «De la Flor lo que más me gusta es su ambiente de tranquilidad, da mucho sosiego, las fotografías de los paisajes venezolanos son espectaculares y los acuarios me encantaron».
Las dos niñas de la familia Moreno Nieva, María Luisa y Luisa María recibieron de las guías de la Flor jueguetes tradicionales como obsequios. A una le dieron un trompo y a la otra un gurrufío, realizados con tapas de desechos de botellas de agua y otros materiales reciclados.
«¡Qué lindo!», dijo una de las niñas cuando el guía del monumento les enseñó a bailar el trompo. Otros bienes realizados con materiales de desecho son muñecas de trapos, exhibidas en el salón principal del monumento.
Una de las artesanas de las muñecas exhibidas, Bautista del Rosario Centeno, dijo que hacer muñecas «me permite mantener la tradición de mi mamá, mi abuela y bisabuela, que también hacían muñecas».
«Las muñecas tienen vida propia cuando uno las termina, son personajes que le dan más color y vida a los lugares donde se encuentran», resaltó.
La hija de Centeno, Marisol Rojas, acompañó a su mamá este domingo para atender a los temporadistas que preguntaran por las muñecas. Ella dijo que La Flor «está bellísima, desde que hubo el cambio de administración, que la tomó el Ministerio para el Turismo, esto ha cambiado mucho. Es un monumento para el distrute del pueblo», destacó Rojas.
Agregó: «Ya no es la Flor abandonada, ahora se nota el trabajo de cambio y provoca venir a visitarla, a comerse unos helados, a tomar café o sencillamente venir a recorrerla para pasear y observar la ciudad».
Las autoridades de la Flor de Venezuela informaron que un promedio de 3.000 a 5.000 personas han visitado diariamente este monumento en los carnavales, que ofrecen, especialmente en las tardes, diversas actividades culturales y recreativas en esta temporada.
Indicaron que esos eventos se extenderán hasta el 14 de febrero para celebrar el Día de la Juventud, que se conmemora el 12 de febrero, así como el Día del Amor y la Amistad, el día 14.