Los agricultores del asentamiento campesino La Alvareña, ubicado en las montañas de Naiguatá, no tendrán que cargar más al hombro las cosechas para sacarlas al pueblo, porque están rehabiltando los 4,5 km de vía agrícola después de 11 años de la tragedia de 1999.
La comunidad está integrada por 25 familias campesinas que están apoyando el trabajo de reparación de la vía y crearon una cuadrilla para ayudar en el desmalezamiento de la carretera, que ha sido aplanada con maquinaria del Instituto de Desarrollo Regional (Inder).
Cuentan los campesinos que desde que ocurrió el deslave, cuando la Electricidad e Hidrocapital dejaron de subir al cerro para supervisar las torres eléctricas y las conexiones de agua, no se le hacía mantenimiento a la vía.
«La carretera estaba muy mala, no pasaba vehículo y debíamos cargar los sacos de verduras y hortalizas por 4,5 kilómetros para que no se perdieran; sin embargo, perdimos mucho plátano y otros productos», dijo Gilberto Izaguirre.
Este asentamiento produce un promedio de 1.500 kilos mensuales entre todos los agricultores que siembran ocumo, ñame de varios tipos, yuca, aguacate, limones, parchitas, auyama, naranja, cilantro, cebollín, caraotas, entre otros rubros, y que llevan todos los sábados y domingos hasta el sector La Cadena en el pueblo de Naiguatá, donde lo ofertan a precios que van desde BsF 4 hasta BsF 10 el kilo.
En tres semanas ya han rehabilitado un kilómetro y esperan que antes de finalizar el mes esté listo el tramo que los une a Naiguatá.