Miembros republicanos y demócratas del Senado de los Estados Unidos se reunirán este domingo con el presidente Barack Obama, en un último intento por llegar a un acuerdo que evite una política de recortes y aumento de impuestos a partir del 1 de enero, para salvar al país de un abismo fiscal.
Desde este jueves, los legisladores y miembros de la Cámara de Representantes se han mantenido en reuniones especiales para analizar un plan en base a lo planteado por Obama para evitar la caída económica de EE.UU, colocándole en peligro de una nueva recesión.
Tanto republicanos como demócratas colocaron como hora límite para llegar a un acuerdo económico las 15H00 locales (20H00 GMT), momento en que se cerrarán las discusiones y se dirá si el plan que tienen puede ser llevado a votación ante la Cámara del Senado que sesionará este lunes.
La búsqueda de la solución ante el inminente abismo fiscal ha sido calificado como una batalla bipartidista, cuando en la víspera Obama declaró que la culpa de no haber cerrado el acuerdo la tienen los republicanos “que no soportan que se aumenten los impuestos a los más ricos”.
Por su parte, el senador republicano de Misuri, Roy Blunt, fustigó a los demócratas argumentando que ese partido “se dedica a sus propias decisiones, sin pensar en los contribuyentes”. A juicio de Blunt, el país tiene “serios problemas pero no necesariamente tan complicados”.
Mientras ambas partes, Gobierno y Senado buscan una solución dentro del diálogo, la confianza por parte del consumidor de Estados Unidos ha ido en picada y la venta masiva en los mercados bursátiles del país, aunque los legisladores siguen insistiendo en que los canales de comunicación están abiertos.
En ese sentido, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, alertó este miércoles que la deuda pública tocará el 31 de diciembre al techo de 16,4 billones de dólares.
Estados Unidos ya estuvo al borde del default en 2011 por la insistencia de los republicanos en compensar el incremento del límite de endeudamiento autorizado con recortes de gastos.