De barbarie, humillante y desprecio por su propia historia calificó el vicepresidente primero de la Duma estatal (Cámara baja), Iván Melnikov, el derribo del monumento a Vladimir I. Lenin en la ciudad ucraniana de Járkov por grupos fascistas.
El también segundo al mando del Partido Comunista de la Federación de Rusia dijo que esas frases son demasiado suaves para expresar públicamente la crítica que merece lo acontecido en torno al más grande monumento erigido en Ucrania al líder de la primera revolución socialista del mundo.
Un grupo de militantes de organizaciones ultranacionalistas derribaron este domingo a mazazos la escultura de más de 20 metros, en la plaza Libertad, de Járkov, la segunda ciudad de Ucrania.
Consideró Melnikov ese acto una expresión de ignorancia, desprecio a su propia historia y un rechazo manifiesto a los ideales de sus abuelos, todo lo cual es muy lamentable y doloroso, subrayó el dirigente comunista.
Rehusó pensar el parlamentario ruso que tales acciones puedan ser aprobadas por una mayoría de los habitantes de esa ciudad, de la región o, del país inclusive.
A renglón seguido Melnikov expresó que este hecho en Járkov debe ser demostrativo para toda Europa, sus líderes y pueblos, en una lectura de lo que realmente ocurre en Ucrania.
Mientras tanto, en Kiev, el ministro de Interior, Arsen Avakov, anunció este lunes que el expediente judicial por los daños al monumento de Lenin será cerrado.
El viceprimer ministro de la proclamada República Popular de Donetsk Andrei Purguin opinó que el acto vandálico tuvo el propósito de humillar y ofender a la mayoría de los habitantes de Járkov, apegados a tradiciones de varias décadas.
Dijo estar seguro de que se trata de una política de Estado, la cual es llevada a cabo hace mucho tiempo en Ucrania.
Otros suponen que se quiera amedrentar a la población, en particular a los opositores del actual régimen, en momentos de un rebrote de protestas populares, como las ocurridas el sábado con las marchas por la paz, en diversas ciudades ucranianas.